Lo del pentecostés adelantado de Yolanda todavía dará juego desde aquí al 28 de mayo, aunque no parece que intelectualmente vaya a producir nada relevante. Baste repasar el discurso de la neocandidata el domingo en Magariños y esta afirmación capital del mismo: “Nuestro país tiene sed de cambio”. Es asombroso que lo diga la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social. Es como si el eslogan con el que Felipe ganó las elecciones en el 82, ‘Por el cambio’, lo hubiera anunciado Suárez. Más de una vez he recurrido a una soberbia portada de Hermano Lobo en 1973, en la que el gran Ramón dibujaba a un preboste del franquismo diciéndole a la plebe: “Nosotros o el caos”, a lo que la interpelada respondía: “el caos, el caos” y el orador replicaba con una aclaración que muy bien podría haber hecho Yolanda: “Es igual. El cambio también somos nosotros”.
Yolanda es como Pablo, pero más en agraz y con trasposición de género, como se dice ahora. Hay que recordar que la puso él en los cargos que ocupa. En realidad, es como a él le gustan las mujeres desde el punto de vista intelectual, de un modelo al que pertenecen las novias que le hemos conocido y la secretaria general a la que puso al frente de Podemos al irse él. Yo lo comprendo, teniendo en cuenta el balance que ha sacado de su encuentro con mujeres más dotadas: Rocío Monasterio lo echó de un debate electoral e Isabel Díaz Ayuso lo echó de las instituciones.
Y Yolanda, más corta que él (y que la banqueta de ordeñar, dicho sea de paso), también le ganó el domingo. Ione Belarra, cuyo mérito político viene de haber sido compañera de pupitre de la madre de sus hijos/as/es ha tenido que salir en su defensa, con un argumento curioso, recordando a Yoli que el Podemos creen en las primarias, pero no son muy partidarios del personalismo. Remember Carmena. Lo dice una tía a la que puso a dedo en el Consejo de Ministros un tipo que incluyó su foto en la papeleta electoral que encabezaba a las elecciones europeas de 2014, manda huevos a Sandra, que se va de la ciudad, que escribía Maruja Torres cuando éramos amigos. «Es fácil que una sola persona se desconecte de las bases, se desconecte de la ciudadanía», explica ya in extenso. En cambio, cuando estás conectado con las bases no se te ocurre marcharte de Vallecas, tu barrio, alejarte de tu gente (como haría de Guindos, según denuncia de Irene) para comprarte un casoplón en Galapagar.
La reacción primera de Pablo se limita a las declaraciones y venganzas pequeñitas. La candidata de Podemos en Asturias, Covadonga Tomé, que había ganado su candidatura en las primarias que tanto reclamaban Montero y Belarra a Díaz, ya denuncia que la quieren fumigar de las listas por su inclinación hacia Yolanda Díaz. Primarias vendo y para mí no tengo. Hay que reconocerle a Iglesias una rapidez y una eficacia en las purgas que dejan pequeña la famosa purga de Benito, porque antes que Covadonga han caído su número 2, Xune Elipe, su número 4, Jorge Fernández y algún otro, como el ex secretario general de Asturias, Daniel Ripa. La purga la va a bendecir el Comité de Seguridad y Salud, porque el Comité de Garantías al que corresponde tiene un discurrir lento y esta chusma la quiere fuera antes del 28-M. Después todo sería más complicado.