Pilar Rahola, LA VANGUARDIA, 27/9/12
La España federal no es ni camino, ni opción, sino una baratija para enredar a los indios catalanes
Si en algún momento se planteó la dualidad barro o esgrima, es obvio que Xavier Sabaté escogió, para su estrenado cargo, la pelea de barro.
Su intervención fue cáustica, agria y rozó el juego sucio. Ignoro si este será el tono de su partido en la campaña electoral, o es el tono del propio Sabaté, muy ducho en el arte de boxear con el adversario político. Pero sea lo que sea, es, sin duda, una opción efectista, especialmente notable cuando la ejerce este diputado, tan brillante en la retórica como poco dado a la fineza. No sabemos, pues, si estamos ante un ensayo a la espera de la gran batalla, o ante una opción personal y aislada, aunque parece probable que el PSC aumente la dureza de su crítica. Probable y probablemente lógico. Sin embargo el gran reto del socialismo catalán ante unas elecciones que serán distintas a todas, no será una cuestión de aumento de decibelios, sino un problema de conceptos.
¿Cuál será el modelo de Catalunya que el PSC presentará en una campaña en que la cuestión nacional será central y en gran medida fagocitará a todas las otras? Sabaté ha mostrado la hoja de ruta y no hay sorpresas: la retahíla de la España federal retorna a la partitura como si fuera el talismán que ahuyenta a los malos del independentismo catalán y a los peores del españolismo rancio. Situado en medio del tablero aspira a convertir la equidistancia en una fórmula creíble.
Sin embargo, ¿será la equidistancia la llave para dominar la escena o el derrotero que los deje en medio de la nada? Porque mientras la fórmula del PP se basa en una idea fuerte -España, España, España- y la del bloque soberanista es igualmente fuerte -Catalunya, Catalunya, Catalunya-, el planteamiento federal se torna en una idea débil cuyo recorrido empieza y acaba en la calle Nicaragua. ¿Cómo puede el PSC reclamar seriedad a Mas cuando plantea una fórmula tanto más difícil que la del Estado propio, y que además no quiere incluir ni a uno solo de los necesarios interlocutores, amigos del PSOE? ¿Eso es seriedad? Y lo hace un partido que tiene a todo su flanco catalanista en el museo: Nadal en el raso, Clotas en el invernadero, Maragall en la trinchera, el otro Nadal con amago de irse, Geli harta de estar harta, Castells viviendo en el hartazgo, Àngel Ros en el exilio de Ponent y Tura quedándose sin batalla porque no le permiten ni entrar en el juego. ¿Este PSC, que ha dilapidado toda esta vieja y notable herencia, es el que puede liderar algo tan revolucionario como un Estado federal? Un Estado que no ha querido nadie nunca en España y menos ahora. Puede que el camino hacia el Estado propio sea difícil y tortuoso, pero existe un camino y el de la España federal no es ni camino, ni opción, sino una baratija para enredar a los indios catalanes cada vez que se ponen estupendos. Dicho a la manera real; la España federal sí es una quimera.
Pilar Rahola, LA VANGUARDIA, 27/9/12