EL CORREO, 22/2/12
El acuerdo, gestado por diputados vascos, ofrece cobertura a la propuesta del PP para afrontar de forma compartida el nuevo tiempo
La recuperación de la unidad plasmada ayer en el Congreso para afrontar el nuevo tiempo sin ETA ha dado una significativa cobertura institucional al intento de PP, PNV y PSE para emprender en Euskadi una gestión conjunta del final definitivo del terrorismo. El acuerdo casi unánime gestado en la Cámara ofrece una proyección favorable en el panorama político vasco desde un mínimo común denominador: disolución incondicional de la banda, reconocimiento a las víctimas y convivencia. Tres ejes respaldados por populares, socialistas y jeltzales que permiten allanar el camino en la búsqueda compartida de la paz en el País Vasco.
El clima de entendimiento forjado en las Cortes, al que también se sumó CiU, IU, UPN y Coalición Canaria, lleva sello vasco. Fue gestado hasta el último momento por los diputados Leopoldo Barreda (PP), Ramón Jáuregui (PSOE) y Aitor Esteban (PNV), bajo la supervisión de sus respectivos jefes de filas. Los tres, oradores ayer en la tribuna. La importancia del acuerdo no sólo reside en la enmienda con la que contrarrestan las exigencias de UPyD, sino en lo que los tres partidos se han dejado en la gatera en favor de un amplio consenso. Esteban lo reseñó en su intervención: «Palabra por palabra no sería nuestro texto». Sin embargo, pesó más el apoyo a las víctimas y a la convivencia pacífica para cohesionar un pacto plural, aunque sea sólo sobre principios básicos. En cualquier caso, se trata del primer acuerdo transversal de la legislatura de Mariano Rajoy en el nuevo tiempo sin ETA.
Con algunos matices, el rechazo mayoritario expresado en el Congreso de los Diputados a la petición de ilegalización de Amaiur y Bildu defendida por UPyD constituye un notable punto de partida a la propuesta que promueve el PP vasco para encarar, desde el mayor acuerdo político posible, el escenario abierto por el cese definitivo del terrorismo. La unidad recuperada en la Cámara de Madrid ha dado un vuelco al esquema de extremos con el que se solían saldar estos debates. Sin la amenaza directa de ETA y con el PP en el Gobierno, las orillas están ahora ocupadas por la formación de Rosa Díez, que se negó a secundar el consenso, y Amaiur, fuera de juego al ver en el texto alternativo a UPyD un intento de «exclusión». Una especie de «Pacto de Ajuria Enea II», en palabras del diputado de la izquierda abertzale en la coalición Xabier Mikel Errekondo.
Larreina, más conciliador
Sin embargo, su compañero de filas Rafa Larreina, representante de EA en el grupo parlamentario, fue más conciliador con los firmantes del documento que rechaza las ilegalizaciones. En Twitter, reconoció las «sólidas intervenciones» tanto de Barreda como de Jáuregui, frente al «oportunismo» de Díez.
Precisamente, uno de los fines pretendidos por los promotores de la enmienda era poner el foco en la soledad de UPyD y evitar una eventual «instrumentalización» del final de ETA por su parte. A diferencia del acuerdo plasmado ayer en el Congreso, la gestión en Euskadi del nuevo tiempo sin terrorismo requerirá de un acuerdo político previo, con el objetivo de impedir que cualquier discrepancia se convierta en un obstáculo insalvable en la búsqueda compartida de la paz y la convivencia. Esta es la lectura que se hace en las filas del PP vasco, partidario de que la izquierda abertzale no marque la agenda a los demás partidos mientras sigue sin reclamar la disolución de la banda.
Pese a que ya no caminan en solitario en el escenario abierto por el cese del terrorismo, los populares vascos han optado por dar un perfil bajo al acuerdo plasmado en el Congreso. Intentan así no levantar suspicacias entre los sectores más duros y, a la vez, avanzar desde la discreción en la búsqueda de complicidades con el PSE, al que apoyan en el Gobierno vasco, y con el PNV.
EL CORREO, 22/2/12