Rosario Morejón Sabio-El Correo

  • Sobran psicópatas y faltan referentes dignos de seguir. Para gestionar el estrés, muchos ciudadanos se desentienden de la actualidad

Por qué la política afecta tanto a la salud mental? Brett Ford, especialista en la relación de las emociones y el compromiso político en la Universidad de Toronto, identifica una doble vinculación. Por una parte, las decisiones políticas pueden tener un impacto muy concreto en la vida de las gentes: aborto, sistema de salud, empleo, idioma vehicular en la enseñanza, eutanasia… Por otra, la política reverbera entre numerosas personas creencias morales a las que están profundamente apegadas: la palabra dada, el chantaje, la extorsión, el abuso de poder, detalla la profesora. Los tiempos recientes propician la político-ansiedad: un sentimiento de amenaza o impotencia frente a contextos políticos inciertos.

La acumulación de estresores mayores como la invasión de Ucrania, el 7 de octubre de 2023, el hambre como arma de guerra, la aniquilación de Gaza, el regreso de Trump, el ascenso de los populismos, la mención a una tercera guerra mundial, estructura un clima informativo y de experiencias directas o vicarias ansiógeno. Deficiencias de sueño, de apetito, la rumiación mental o la necesidad de una constante verificación de los acontecimientos en las redes sociales, en canales de información permanente, son efectos desadaptativos del bienestar individual y comunitario vinculados a la sobrecarga de fenómenos geopolíticos dañinos. Los desajustes se incrementan cuando los datos nos llegan por ráfagas, se acumulan flashes incompletos, la atención es cautiva de las selecciones informativas de plataformas digitales y cuando los dirigentes fiables son escasos.

Según la investigación ‘Stress in America’ de la American Psychological Association, las preocupaciones políticas son una de las principales fuentes de estrés de los estadounidenses. En 2016, la elección presidencial generó un alto nivel entre el 52% de los adultos; en 2024, ascendió al 69%. Temeroso de las consecuencias del último escrutinio, un 74% apuntó a posibles violencias postelectorales mientras un 56%, pensaba en un hundimiento de la democracia en EE UU. Este año, con Trump en la presidencia, un 77% de los adultos valora el futuro de su nación como una causa de desasosiego. En Francia, siguiendo el sondeo del Instituto Verian -25 de junio de 2024-, la repentina disolución de la Asamblea Nacional por el presidente Macron ocasionó «angustias» en cuatro de cada diez franceses. ¿Qué pudo conducir a Emmanuel Macron a esa disolución autodestructiva?

El 9 de junio de 2024 permanecerá como una ruptura en el segundo quinquenato macronista. El gusto por el riesgo del mandatario no convence ahora entre los suyos. Al punto de que algunos electos temen que este presidente disruptivo, preocupado por estar allí donde no se le espera, esté tentado de disolver de nuevo la Cámara después del 10 de julio (después del plazo legal de un año). Más vale prepararse, repiten los diputados de Ensemble pour la République, que ya se entregan en sus circunscripciones, vistas las desavenencias entre Macron y su primer ministro, Bayrou.

«Acusar de irracionalidad forma parte de las injurias más corrientes en política, junto con la idiocia y la indecencia, la desvergüenza», relativiza el historiador Bruno Fuligni, autor de ‘Des Politiciens les plus cons de l’ histoire’ (First), que retrata las decisiones absurdas de ciertos dirigentes. Trump llama «loco» a Vladímir Putin y Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, responde considerando «el fuerte desequilibrio de Trump por sus múltiples implicaciones». El «payaso Zelenski» ha dejado de ser un cómico atrabiliario porque tres años largos de perseverancia frente al agresor ruso forjan otro perfil ante el mundo. Algunos gobernantes superan las etiquetas de imbéciles, cabrones o gilipollas adjudicadas por Fuligni. Contamos hoy con perfiles que calcan en sus ‘virtudes’ al Príncipe de Maquiavelo.

Para amortiguar la indefensión y el estrés de tanta agitación política, muchos ciudadanos se desentienden de la actualidad. No sin amargura, pero lo prefieren. Estoicamente cabe resistir sabiendo que no podemos incidir solos en acontecimientos tan graves. No contentarse con fragmentos de noticias, distinguir el sensacionalismo de la aprehensión racional de los acontecimientos, no dejarse llevar por relatos lejanos a los hechos contrastados por instancias públicas diversas atenúan la político-ansiedad.

Ante bastantes mandatarios actuales, nos preguntamos como Cicerón: «¿Hasta cuándo abusarás Catilina de nuestra paciencia?». La pervivencia de los códigos morales de una política como servicio público y no como goce del narcisismo, la salvaguarda de la democracia liberal como régimen de convivencia esclarecedora del futuro relegitimarán a cualquier presidente que se precie de decente. Sobran psicópatas y faltan referentes dignos de seguir.