- El PP pretenda ganar las elecciones municipales en Cataluña recurriendo a la enésima invocación de la plurinacionalidad y de una etérea identidad catalana.
Parece que el arma secreta del PP para ganar las elecciones municipales en Cataluña no es otra que la enésima invocación de la identidad. Para añadir, acto seguido y sin pausa, que hay que lograr enganchar al votante socialista moderado.
A buen seguro que lo logran. No sé si captar el voto socialista, pero desde luego mimetizarse con ellos vía palabra y oración. Transcribo las declaraciones porque quizás leyéndolas una y otra vez logre creer que este engrudo sale del Partido Popular.
El coordinador general del PP, Elías Bendodo, ya dio la primera pista en declaraciones del año pasado: “Cataluña sí es una nacionalidad del Estado español, como cualquier otra comunidad autónoma (…) Cataluña estaría preparada también para votar un proyecto de centroderecha que defienda un catalanismo integrador dentro de nuestro país (…) El modelo de andalucismo moderado o de galleguismo moderado”. Remata con “Yo creo que, efectivamente, España es un Estado plurinacional”.
Hubiera sido de agradecer que explicara qué es esto de “plurinacional”, “catalanismo” o “andalucismo”, si es que significa algo más que una ostentación de estulticia, la suya propia.
A pesar de que en ese momento algunos le enmendaron la plana, nuestro hombre ha vuelto en una entrevista reciente teorizando sobre “sensibilidades catalanas”. Es de sobra conocido que, si usted ha nacido en Cartagena o en Soria su sensibilidad es otra, mucho menor. O quizás ni siquiera goce de ella.
En plata, sus problemas y sus reivindicaciones, las normales, las ordinarias, quedarán postergadas para satisfacer a los eternamente ofendidos que sí merecen un tratamiento preeminente y personalizado.
Sigamos. También en esta semana Miguel Ángel Tellado, vicesecretario general de Organización del PP, ha afirmado, desacomplejado, que “Cataluña tiene un hecho diferencial, una cultura propia y una identidad…”. Y hasta aquí pude seguir leyendo mientras me frotaba los ojos. El PP como “emprendedores de la identidad”, que diría Holstag.
«La identidad se emplea como puñetazo en la mesa para descartar cualquier punto en común en una nación de libres, iguales y solidarios»
El respeto, la cordialidad, o peor, la “empatía” como solución a todo y arma electoral no son más que las “lucecitas montadas para escena”, que diría la canción. Esto es, el ensombrecimiento de tus principios para entregarse al credo identitario que está recorriendo Europa y el mundo de forma feroz. Dar la batalla por perdida, como si no hubiéramos vivido peligrosamente desde 2017 y no se hubiese sacado lección ninguna.
El trampantojo verbal que, hasta ahora, era patente de corso del nacionalismo y la izquierda identitaria y populista (no hay otra izquierda ahora mismo), en boca del partido -que fue el mío, y lo es de queridos amigos- llamado a gobernar España, si las encuestas no mienten.
La identidad como concepto viscoso, manoseado, líquido, abstracto y peligroso, que evoca la diferencia y la excepción de una comunidad homogénea sin fisuras (“un sol poble”).
La identidad sin que nadie especifique de qué hablamos cuando hablamos de ella, sino como línea y argumento trazada y levantada entre ellos y nosotros. Siendo el otro quien cargará con el peso de nuestros resentimientos y fracasos, la encarnación del averno (The process of Othering).
[Feijóo insiste en el «bilinguismo cordial» para que el PP «no parezca hostil en Cataluña»]
La identidad como puñetazo en la mesa para descartar cualquier punto en común en una nación de libres, iguales y solidarios. La identidad para diferenciarnos entre españoles, levantar fronteras y mirarnos de reojo.
Una piensa que la vida es evolucionar y aprender de los errores. Máxime tras un intento de golpe de Estado y el robo de decenas de miles de euros malversados por el nacionalismo, sin propósito de enmienda a la vista. Una aplaude a aquellos que salieron de la oscura caverna de líderes mesiánicos y certezas de saldo para armar un proyecto basado en la razón y en la libertad.
Eso ha hecho la líder de Valents, Eva Parera, sacudiéndose en voz alta todo lo que otros le han criticado por un quítame allá esas pajas y ese vídeo.
Lo increíble es que ahora, esos mismos, no solo involucionen, sino que se rindan.
Y bien que lo siento.
*** Paula Añó es miembro de Valents y consejera coordinadora general del Distrito de L’Eixample (Ayuntamiento de Barcelona).