Buenos días, querido Federico.
Lamento repetir los personajes, pero la actualidad viene así. Hoy vuelve a salirme Aigor, o sea, Pablo, en la República de los Tontos. Ayer colgó un tuit para anunciar que acababa de ver la serie ‘Hippocrate’: “Se pude ver en Filmin. Impresiona el hiperrealismo del ambiente del hospital, pero sobre todo es una serie que habla de las contradicciones, de las grandezas y las miserias de la condición humana. Me ha encantado”.
Lo dice un tipo que es vicepresidente del Gobierno y ha sido incapaz de visitar un hospital o una residencia en la que tantos ancianos han muerto en los últimos meses, y como no debe de tener faena se pasa las horas tontas viendo series. La vida es para él una serie, el debate político una tertulia y la unidad de pensamiento un tuit. Recordarán los oyentes que cuando era eurodiputado aprovechó un encuentro con el Rey Felipe para regalarle la serie ‘Juego de Tronos’. Recuerdo haber escrito entonces que hace falta ser tonto para regalarle un juego de tronos a un Rey profesional. Tú lo explicaste un día que compartías con él tertulia televisiva y le dijiste: “Me recuerdas a mí cuando era gilipollas”. Era correcto, pero si me disculpas la corrección, diría que matizable: los que fuimos gilipollas cuando entonces nunca lo fuimos tanto como estos. Y sobre todo: nunca fuimos tan malos.
También vamos a abrirle un hueco a José Luis Martínez Almeida, a quien tanto hemos ponderado como alcalde. Ayer insistió en lo de Cayetana: “la prueba de que en el PP hay libertad es que Cayetana puede estar dando sus opiniones en los medios”. ¿Qué podrían hacer, romperle las piernas? Cuando uno empieza a deslizarse pendiente abajo por la ladera del ridículo ya es un no parar.