Editorial-El Correo

  • El presidente valenciano no puede escudarse en fallos ajenos, aunque existiesen, para justificar su torpe gestión de la dana

Carlos Mazón anunció ayer ante las Cortes valencianas una remodelación del Consell de la Generalitat para afrontar las consecuencias de la dana con una vicepresidencia para la Reconstrucción y un departamento de Emergencias. Aunque todas las propuestas son perfectibles, el plan avanzado para que Valencia se levante tras la catástrofe del 29 de octubre no puede más que contar con la colaboración activa de todas las administraciones ante un reto que va más allá de paliar los efectos de la gota fría. Pero el presidente autonómico era consciente de que algo nuclear ha quebrado la riada: la confianza de los ciudadanos en que sus instituciones velan por su protección. No lo hicieron de forma adecuada en las horas previas y en las inmediatamente posteriores a la tragedia por una mezcla de injustificable falta de reflejos, descoordinación e ineptitud en la que el dirigente del PP no puede eludir sus responsabilidades, como tampoco el Ejecutivo central.

Mazón enumeró los avisos y alertas que desde el domingo anterior a aquel martes fatídico recibieron administraciones y ciudadanos. Tuvo razón en señalar que las previsiones meteorológicas apuntaban lluvias torrenciales y que la tragedia se produjo en las barrancadas. Pero ni las culpas derivadas a la Confederación Hidrográfica del Júcar y a la falta de una información más detallada le eximen a él y a la Generalitat de no haberse percatado de la gravedad de la crisis hasta que el agua arrasó varios municipios y del desamparo en el que se vieron miles de personas. Además, su escandalosa ausencia durante horas en la reunión del centro de coordinación convocada en plenas inundaciones no solo le pone en evidencia, sino que le perseguirá en lo que le quede de carrera política, que los desatinos cometidos acortarán irremediablemente pese a su resistencia a dimitir.

El presidente habló muy de pasada del respeto debido a la naturaleza y de planificación urbanística, pero trató de eludir la relación de causa-efecto entre el cambio climático y la dana recurriendo al relato de que lo ocurrido fue una manifestación límite de decenas de eventos anteriores. Evitó así confrontarse con Vox, cuya ruidosa ruptura con el PP en los gobiernos autonómicos que compartían es uno de los motivos por los que su partido no ha retirado la confianza a Mazón -no tiene garantías de investir a un sustituto- y le permite liderar, al menos en una primera fase, la reconstrucción de la Comunidad Valenciana.