Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 28/11/11
El 20-N nos dejó dos incógnitas. Las dos están sin despejar. Una se desprende de la barrida del PP: ¿Será capaz Mariano Rajoy de sacarnos de la crisis? La otra se desprende del hundimiento socialista: ¿Será capaz este partido de volver a desempeñar el papel que le corresponde en la centralidad del Estado, ahora desde la oposición? Mientras prosigue el “modélico” traspaso de poderes (el PSOE y el PP se quitan esa palabra de la boca para tener la fiesta en paz) y Rajoy empieza por los banqueros su presentación en sociedad, hoy toca ocuparse de la segunda de las incógnitas: ¿Saldrá de ésta el PSOE?
La maratoniana reunión del Comité Federal no nos saca de dudas, más allá de rebajar al 10% el número de avales para hacer campaña como “pre-candidatos” a la secretaría general. Así podrían presentarse hasta 10 aspirantes a la sucesión de Rodríguez Zapatero. Poca autocrítica, reconocimiento del esfuerzo de Rubalcaba y cantidades industriales de prudencia en las cuarenta y tantas intervenciones.
Lo más llamativo fue la apuesta del líder madrileño, Tomás Gómez, por las elecciones primarias, en un discurso de exaltación democrática secundado con distintos matices por el presidente del Senado, Javier Rojo; el ex presidente castellano-manchego, José María Barreda, y el ex ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, entre otros. Cundió la impresión de que se estaban insinuando como potenciales defensores de Carme Chacón, si esta llega a proponerse como candidata de cara al congreso que se celebrará a primeros de febrero (Por supuesto que dará el paso).
Estamos en fase de tanteo. Ni una palabra más alta que otra. Si acaso, el recordatorio de la ex ministra Cristina Narbona al secretario general del PSOE madrileño, Tomás Gómez, sobre el trato que éste dispensa a los perdedores de unas elecciones primarias (La propuesta de hacer primarias también para elegir a los secretarios generales, no solo a los candidatos electorales, no prosperó, como es sabido).
El más crítico, Alfonso Guerra, que no es miembro del Comité Federal y tuvo que expresarse puertas afuera. Ayer, en la radio, el histórico dirigente socialista lanzó tres misiles de profundidad. Uno, contra el rapto de la voluntad mayoritaria de la militancia por parte de un grupo reducido de personas. Dos, contra los “bandazos” que han cauterizado la gestión de estos últimos años. Y tres, contra la ausencia de la dirección del PSOE en el momento ineludiblemente autocrítico que debió escenificarse la noche electoral. Eso, en cuanto al pasado. En cuanto al futuro, Guerra instó a sus compañeros de partido a vencer la tentación de empezar la casa por el tejado. “Todo el mundo quiere saber quien va a ser el líder y nadie se preocupa por el programa”.
Verdad a medias porque todo lo que no sonó a pre-alineamiento con Chacón sonó a defensa del programa elaborado por los equipos de Rubalcaba en las elecciones del 20 de noviembre y conformidad con que sea éste quien lo defienda frente a Rajoy en la sesión de investidura. En consecuencia, los discursos afines a Rubalcaba (el nombre más repetido en la reunión del sábado) dejaron caer que, por el contrario, Chacón carece de proyecto alternativo al desplegado durante la reciente campaña electoral.
Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 28/11/11