La secesión hundiría la exportación de Cataluña, que perdería el 20% del PIB

EL ECONOMISTA 24/09/15

La independencia de Cataluña, con la consiguiente salida de la UE, tendría unas implicaciones gravísimas para el sector exterior de una economía altamente internacionalizada como la catalana, hasta el punto de que las pérdidas estimadas en sus flujos comerciales con los mercados comunitarios, incluidos los del resto de España, podrían llevar a una caída de ingresos fiscales y del PIB regional próxima al 20%, en «supuestos conservadores».

Los datos de un informe elaborado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, basado en datos y estudios de la Unión Europea, la OCDE, universidades y bancos de inversión, estiman que, en el supuesto de independencia, los precios de las exportaciones de Cataluña a los países de la UE, incluido el resto de España, se verían incrementados en aproximadamente un 20%.

Un encarecimiento que se explica porque las exportaciones catalanas a la UE pasarían a estar gravadas por la Tarifa Exterior Común (TEC), que implica un nivel medio de arancel del 5,2%. A este aumento tarifario habría que añadir los costes de transacción, es decir, papeleo administrativo, paradas de inspección, seguros y posibles variaciones del tipo de cambio.

Este incremento de los precios conllevaría una pérdida de competitividad de las exportaciones catalanas a la UE y a los países con los que la Unión tiene acuerdos preferenciales, que se traduciría en una reducción de las ventas catalanas en esos mercados por valor superior a los 7.400 millones, equivalentes al 13% del volumen total de sus exportaciones y a un 3,8% de su PIB.

Este hundimiento de las ventas afectaría directamente a las 13.800 empresas catalanas que exportan regularmente y que podrían llegar a perder hasta la mitad de su negocio exterior y en mercado español.

A este impacto negativo habría que añadir el desplome del negocio de las empresas catalanas en el resto de España, que actualmente supone el 45% de las ventas totales de la comunidad autónoma y el 66% de su PIB.

Las conclusiones del informe del Ministerio de Asuntos Exteriores resaltan que los diferentes estudios existentes sobre cuánto caerían las ventas de Cataluña en el resto de España apuntan a una caída en torno al 50%, como consecuencia de la aplicación de los aranceles TEC, del posible boicot y del llamado «efecto frontera».

Este último recoge lo que sucede al comercio de una región cuando se convierte en un nuevo país. Se ha comprobado en las separaciones de las Repúblicas Checa y Eslovaca o de Eslovenia y Croacia, y constata que la intensidad de los intercambios internos son entre 5 y 20 veces superiores a los externos. En volumen, esta caída de las ventas en el mercado español podría suponer unas pérdidas de 28.000 millones de euros, en torno al 15% del PIB catalán.

Cataluña representa el 25% del total de la exportación española con unas ventas por valor de 60.194,5 millones de euros, con datos del cierre de 2014. Es también la comunidad autónoma con el PIB más elevado, el 19%, pero también la más endeudada en términos absolutos.

El coste de la deuda
En relación con la deuda, que a final del primer semestre de este año se elevaba a 66.813 millones de euros, el informe del Departamento que dirige José Manuel García-Margallo expone que si Cataluña se independizara y asumiera una parte de la deuda pública del Estado español proporcional a su peso relativo en el PIB, la deuda del nuevo estado catalán alcanzaría el 78,4% de su PIB.

En estas condiciones, el principal problema que se plantea es el de la financiación. El nuevo estado catalán quedaría automáticamente excluido de la zona euro y de su sistema de pagos, lo que elimina la posibilidad de que los bancos catalanes puedan recurrir al Banco Central Europeo (BCE) ni al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para financiarse. Evidentemente, tampoco podrían recurrir al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) ni al Plan de Pago a Proveedores de España para la financiación de las autonomías.

El informe de Exteriores admite que existiría la posibilidad de financiarse recurriendo a préstamos en el mercado interbancario de euros, pero las condiciones de acceso a los mercados serían mucho más difíciles de lo que ya lo son, como demuestra el hecho de que Cataluña ha tenido que recurrir al FLA, incluso estando dentro de España.

Fuera se les ofrecería financiación a un tipo de interés más alto que al de otros países de la zona euro, encareciendo la financiación de sus empresas y sus economías domésticas y haciéndolas, por tanto, menos competitivas.

Fuga de multinacionales
La independencia implicaría una fuga de empresas extranjeras con fuerte impacto negativo en los flujos comerciales. El informe de Exteriores recuerda que un volumen importante de las exportaciones catalanas corresponde a filiales de multinacionales extranjeras, muchas de las cuales no estarían dispuestas a asumir los costes de salida de la UE y del estrechamiento del mercado.

Algunas ya han anunciado que se irían. Más del 40% de las ventas exteriores catalanas se concentra en los sectores químico, de bienes de equipo y automóvil y el 50% de esas exportaciones corresponde a empresas extranjeras. Además, otras muchas empresas establecidas en Cataluña se plantearían la conveniencia de establecerse en otras CCAA dados los elevados costes derivados de estar fuera de la Unión.