Editorial-El Debate
  • Convendría que la vicepresidenta reparase en que el diario El Debate no es un seudomedio, sino un periódico en el que trabaja casi un centenar de periodistas cada día bajo los máximos estándares de calidad

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha querido responder en el Congreso de los Diputados por la exclusiva de este periódico según la cual un empresario reconoce haber pagado 100.000 euros en billetes a José Antonio Marco Sanjuán, presidente del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), organismo dependiente de la cartera ministerial que ella dirige.

Preguntada tres veces por ello en la sesión de control al Gobierno, María Jesús Montero ha tachado estas informaciones de «mentiras publicadas por seudomedios para posteriormente ahuyentar el talento de la Administración Pública». Sin entrar a valorar qué entiende la ministra por «talento», resulta hilarante que la titular de Hacienda, una seudoministra, se atreva a lanzar una acusación semejante contra este periódico a la vista de su bagaje como titular de la caja común.

Hoy es un día perfecto para recordar que los españoles soportan un esfuerzo fiscal de un 13 % superior a la media europea, según el Instituto de Estudios Económicos. Si España está hoy en récord de recaudación no es por la presunta buena salud de nuestra economía, sino por la voracidad fiscal de una ministra que carece de la formación técnica para encabezar tal ministerio.

Montero ya fue la titular de Hacienda en la Junta de Andalucía (con los efectos conocidos) así como de Sanidad y Consumo entre los años 2004 y 2013, una época en la que, según sentencia firme del Tribunal Supremo, el Gobierno de Andalucía implantó un «sistema fraudulento» de subvenciones que desvió al menos 679 millones de euros a empresas, particulares y sindicatos afines en el mayor escándalo de corrupción de la historia de España.

A esta enumeración habría que añadir que ha renunciado a su principal cometido como ministra, que es el de presentar unos Presupuestos Generales del Estado, tal y como mandata el artículo 134 de la Constitución. Esta abdicación de sus funciones sitúa al Gobierno en un estado de rebeldía constitucional, cuando no de manifiesta ilegalidad, pues al hecho de incumplir la Carta Magna hay que sumarle que España se gestiona hoy con la prórroga de unas cuentas que no están validadas por las Cortes actuales, sino por las resultantes de las elecciones de 2019. A nadie se le escapa que este abandono es consecuencia de la debilidad parlamentaria de su jefe, pero también del pluriempleo que Montero practica desde febrero de este año, cuando decidió compaginar el Ministerio de Hacienda –competencia que exige una dedicación exclusiva– con la secretaría general del PSOE andaluz, pensando en los comicios de 2026. ¿Es justo que una ministra que ocupa altísimas responsabilidades en lugar de atenderlas dilapide horas de trabajo en labores puramente partidistas?

Con todos estos antecedentes, no es descabellado tildar de seudoministra a María Jesús Montero.

Este diario fue fundado en 1910 y es heredero de una trayectoria de probado compromiso con los derechos y libertades de los españoles y el orden constitucional.

Convendría explicarle a la vicepresidenta que el diario El Debate no es un seudomedio, sino un periódico en el que trabaja casi un centenar de periodistas cada día. Un equipo humano repartido entre su redacción central y seis delegaciones que ejerce el periodismo bajo los máximos estándares de calidad, como demuestran por otra parte sus datos de audiencia, y que le han permitido protagonizar el despegue más rápido de la prensa en España. Al insultar a este periódico tachándolo de seudomedio, la vicepresidenta del Gobierno está ofendiendo a una plantilla de profesionales que cada día se esfuerzan por hacer su trabajo lo mejor que saben. Muestra Montero un pésimo talante. El tan sobado ‘progresismo’ es ahora el insulto gratuito.

El seguimiento de este periódico está auditado por hasta seis entidades y herramientas independientes. Entre ellos está GfK, el medidor oficial de referencia para el mercado, que sitúa la audiencia media diaria de El Debate en más de 1,1 millones de lectores diarios, cifra que asciende hasta los 1,5 millones cada jornada y más de 17 mensuales únicos, según Google Analytics, certificados además por un auditor externo como OJD. El Debate ha conseguido su rapidísimo crecimiento sin recurrir además a la añagaza de comprar portales y agregarlos.

Este es un medio transparente, cuya propiedad y cuentas son perfectamente públicas. Desde su relanzamiento en octubre de 2021, no ha perdido un solo pleito en el ejercicio de su labor informativa, elogiada desde numerosas esferas de la vida pública. Por tanto, no aceptamos lecciones de quien ha renunciado a la verdad en sede parlamentaria y mantiene a este país sin unas cuentas con las que afrontar la compleja situación económica e internacional que vivimos. Lo mínimo que podría hacer la seudoministra Montero es destituir al presidente del Tribunal Económico Administrativo Central y pedir disculpas a este periódico y sus trabajadores.