Iñaki Ezkerra, EL CORREO, 16/7/12
Asistimos a un amago de aterrizaje en la política práctica después de medio siglo de vida en la inopia radical
Los representantes de la nueva marca acuñada por la izquierda abertzale para las próximas autonómicas vascas dicen que, si los votos les dan la Lehendakaritza, crearán una ‘Consejería de Libertades Ciudadanas’ en la que fusionarán los Departamentos de Justicia e Interior. Al parecer, no han leído a Montesquieu y no saben que las libertades del moderno Estado de Derecho se basan en la división de poderes que se le ocurrió a aquel buen hombre y en que esos dos departamentos se hallen separados, pues unirlos equivaldría a identificar, mezclar y confundir el poder ejecutivo con el judicial; fenómeno del que, por cierto, fueron pioneros los socialistas en la memorable época de los GAL.
Los abertzales de la nueva marca electoral dicen también que a la Consejería de Agricultura le van a pegar otras y la van a llamar ‘de Soberanía Alimentaria’. En este caso, se han ido más lejos en el tiempo todavía. Aunque traten de relacionar esa expresión con unas cumbres romanas de la década de los noventa, lo que postulan para el País Vasco es una autarquía y un proteccionismo más franquistas que los que Franco aplicó a toda España. Éstos hablan de vetar toda importación, de hacerle un corte de mangas a la Unión Europea y de «desmantelar –les cito literalmente– el libre comercio», o sea la propia economía de mercado. La idea es buena. Al vasco se le distinguiría antropológicamente porque le saldrían los pimientos de Gernika por las orejas, el txakoli gorri de Bakio y las alubias de Tolosa.
Otra iniciativa que prometen es la Consejería de Igualdad de Oportunidades. Aquí ya estamos en el puro y duro estilo Zapatero. Ni se han molestado en pensar un nombre que se parezca un poco menos al del fenecido Ministerio que ideó el anterior presidente de Gobierno. De este modo, lo que tenemos delante es una suerte de neozapaterismo, pero a lo bestia, en el que la terminología y la ideología del buenismo social han sido sustituidas por las del malismo etno-secesionista. Como no hemos tenido bastante con el sueño zapateril, ahora nos tocaría la taza y media de una Pajín y una Bibiana con el pelo oxidado y cortado a hacha.
El concepto ‘social’, que les daba a los socialistas licencia para todo en las dos pasadas legislaturas, ha sido reemplazado por el ‘soberanista’. Sin embargo, pese al carácter rudimentario de dicha sustitución, a lo que asistimos es a un aggiornamiento de la batasunada; a un amago de aterrizaje en la política práctica después de medio siglo de vida en la inopia radical, y de invocar ideas aún más estratosféricas, como son todas las de la retórica de la negociación. Están intentando hacer algo parecido a la política, pero no les sale. El problema de su programa electoral lo van a tener cuando propugnen una ‘Ley de dependencia independentista’. Ahí se les van a fundir los plomos. Ahí van a ser humo y chispas lo que les salga por las orejas.
Iñaki Ezkerra, EL CORREO, 16/7/12