El Correo 28/11/12
JOSÉ MARI REVIRIEGO
Los males de CiU ya se intuían, según los analistas, en su cartel electoral: calcaba la estética de ERC y exhibía a su líder como un mesías
BILBAO. Artur Mas ha perdido gran parte de su caudal político y electoral en la búsqueda de la tierra prometida, esa Cataluña independiente que creyó ver entre las banderas de la multitudinaria manifestación de la Diada. El líder de CiU y candidato a la reelección empleó esta metáfora gráfica en el cartel principal de su campaña a las elecciones, que le retrataba con los brazos extendidos entre una marea de senyeras y esteladas al viento. Esa imagen de Mas, enmarcada en un plano medio que oculta sus piernas y acentúa la sensación de ingravidez, ocultaba algunos de sus males, destapados después en el fuerte retroceso experimentado en las urnas.
Según los analistas políticos consultados por este periódico, Mas incurrió en al menos dos errores que lastraron su campaña electoral. Uno, calcar la escenografía de los partidos abiertamente independentistas como Esquerra Republicana, cuando CiU carece de trayectoria soberanista y Unió, socio minoritario de la federación, nunca ha ocultado sus recelos ante una eventual secesión de España. Entre la copia y el original, los votantes más comprometidos con la consulta y el Estado propio catalán se han decantado por este último.
El segundo lastre del president en funciones ha sido erigirse en el salvador de la causa catalana con un liderazgo excesivamente volcado en su persona y un discurso emocional que le presentaba como el guía de «la voluntad de un pueblo», como rezaba el lema de su campaña. Figurar más como mesías que como gestor en tiempos de crisis le habría costado un serio revés.
El asesor en comunicación y delegado de Zinebi, Joseba Lopezortega, propone un sencillo ejercicio: teclear en google ‘CiU y campaña’, y ‘ERC y campaña’ para comprobar las semejanzas de su comunicación visual. La iconografía, más propia de las reivindicaciones de los años ochenta, ha situado a Artur Mas