TEODORO LEÓN GROSS-ABC

  • Un extorero en las instituciones: fascista. Un exterrorista en las instituciones: progresista

El dato falso esgrimido por Feijoo sobre las pensiones es, claro está, un dato falso. Ese error pone en evidencia a Feijoo, pero tanto más a quienes llevan dos semanas elaborando teorías muy sutiles, con citas de Rorty o Thompson, para demostrar que Sánchez, a diferencia de Feijoo, no ha mentido. Es formidable. Hay que quitarse el sombrero ante ese cuajo para defender la honestidad de Sánchez, que mintió con sus socios, que mintió con el comité de expertos inexistente, que mintió con la sedición, que mintió con los peajes, que mintió con la congelación de las pensiones, con los desparecidos en España por detrás de Camboya, con las mascarillas, con su tesis… Pero la izquierda manda en el relato, con una doble vara siempre desde el lado correcto de la Historia:

Desafiar la Constitución contra la unidad territorial, art. 1, como Esquerra o Bildu: progresista.

Desafiar la Constitución para limitar la descentralización, como Vox: fascista.

Estar contra la monarquía, art. 1 de la Constitución: progresista.

Estar contra el Estado de las Autonomías, art. 2: fascista.

Quitar la bandera de España de los balcones, art. 4 de la Constitución: progresista.

Quitar la bandera arcoíris: fascista.

Es difícil, por no decir imposible, mantener un pulso cuando el marco con que opera el debate público es: A) Todo lo que sostenga la izquierda, por el mero hecho de que lo sostenga la izquierda, es progresista. B) En caso de duda, se aplica el punto A. Y, finalmente, C) Todo lo demás, es fascista.

Cancelar libros, obras, conferencias, conciertos, desde una institución de la derecha: fascista.

Cancelar libros, obras, conferencias, conciertos, desde una institución de la izquierda: progresista.

Subirse el sueldo un alcalde de derecha, como en Cádiz: fascista.

Subirse el sueldo un alcalde de izquierda, como en Barcelona: progresista.

Un extorero en las instituciones: fascista.

Un exterrorista en las instituciones: progresista

Hacer memoria, si es el franquismo: progresista.

Hacer memoria, si es el terrorismo de ETA: fascista.

No hay debate público posible si la izquierda impone el marco, con la complicidad de intelectuales a la violeta y eso que llaman ridículamente la Cultura, donde encaja antes una actriz secundaria con veinte segundos en una de Almodóvar que un catedrático de número de la Real Academia. No se trata del marco tóxico de la polarización que, con extremos populistas, debilita la democracia liberal. Sencillamente la izquierda impone la lógica de buenos y malos, peligrosamente infantil como advierte Jonathan Haidt. Como los pactos. Si es la izquierda, incluso con Bildu: progresista. Si es la derecha: fascista. O la mentira. Si miente la izquierda: progresista…