EL MUNDO – 27/01/15
· El FMI, el Eurogrupo y el BCE recuerdan a Syriza que los compromisos adquiridos «están para cumplirlos».
· Tsipras cierra un acuerdo en horas para formar un Gobierno antiausteridad con la derecha nacionalista.
· De Guindos dice que Grecia necesita de aquí a agosto 10.000 millones y que tiene los mercados cerrados.
La situación económica y social es muy delicada, el nuevo Gobierno heleno es bienvenido y hay mucho margen para la negociación. Pero los compromisos se cumplen, la deuda se paga y no habrá quita. Los recados para el Ejecutivo recién formado por Alexis Tsipras llegaron ayer desde Bruselas, Washington y Fráncfort. Y fueron amistosos y conciliadores, abiertos al diálogo y la colaboración, pero también muy claros.
«No le corresponde al BCE decidir si Grecia necesita alivio de la deuda, pero está absolutamente claro que no podemos estar de acuerdo con una idea que afecta a los bonos griegos que se encuentran en el BCE», aseguró ayer en una entrevista a un diario alemán Benoit Coeuré, miembro del Consejo de Gobierno de la institución. «Hay reglas internas que cumplir en la zona euro. No podemos hacer categorías especiales para determinados países», afirmó Christine Lagarde, la directora gerente del FMI en Le Monde. Pero fue en la capital comunitaria, donde ayer se reunieron los ministros de Economía y Finanzas de la UE, donde hubo más reacciones. «Felicitamos a los partidos que han ganado las elecciones. Les deseamos éxito y estamos deseando trabajar con ellos como hicimos con los anteriores Gobiernos. Los ayudaremos en la búsqueda del crecimiento. Su ambición es seguir en el euro, como la nuestra, y los apoyaremos», prometió el holandés Jeroen Dijsselbloem. «En el Eurogrupo tenemos que trabajar los 19, no dejar que ninguno se nos caiga y estar seguros de que todos cumplimos con los compromisos que todos, incluso Syriza, han expresado su voluntad de cumplir».
Pero por cada una de cal, hubo otra de arena. El ministro español, Luis de Guindos, fue uno de los más contundentes. En la negociación sobre Grecia, el Gobierno del PP estará mucho más cerca de Alemania o de Finlandia que de Francia e Italia, que ayer aprovecharon para hacer los primero guiños. Mientras Hollande invitaba a Alexis Tsipras a París, y su ministro Sapin incidía en el sufrimiento del pueblo heleno, el español recordó que en los últimos años «se han hecho cuatro modificaciones de las condiciones de la financiación que hemos otorgado a Grecia. Por ejemplo, hemos alargado los vencimientos 30 años. Y redujimos los tipos de interés, que ya tienen 10 años de moratoria».
Pero mientras que Francia flirtea con la idea de usar el auge de Syriza para reorientar el debate sobre la austeridad, al Ejecutivo del PP no le interesa que el mensaje de los griegos de izquierda radical pueda prosperar y dar alas a Podemos.
«En estos momentos, Grecia no tiene acceso a los mercados. Según nuestros cálculos, aproximadamente, hasta finales de agosto necesita 10.000 millones de euros adicionales, y la financiación no la obtendrá en los mercados. La va a obtener fundamentalmente a través de la financiación que ya está proporcionando el Eurogrupo y la solidaridad europea. Estamos abiertos a negociar. Y los compromisos son muy importantes a efectos de lograr esta financiación que Grecia necesita para pagar pensiones, a sus funcionarios, su Sanidad», advirtió Guindos a su llegada.
En la reunión se habló de Grecia, y mucho, pero de forma abstracta. Porque no puede haber propuestas hasta que el nuevo Ejecutivo se constituya y decida qué va a hacer. La tesis europea es que Syriza ha hecho muchas declaraciones estos meses. E incluso años, pero como también quiere seguir en la UE, y en el euro, no tiene más remedio que aceptar las reglas. «Hemos coincidido todos en el objetivo a perseguir. Una Grecia que pueda estar firme, erguida sobre sus propios pies, que pueda crecer, crear prosperidad y empleo, reducir las desigualdades. Queremos una Grecia que pueda reembolsar su deuda. Lo que tenemos que acordar no es el objetivo, sino los medios. Cómo llegar a la meta y avanzar», resumió el vicepresidente de la Comisión, Pierre Moscovici.
A los Estados miembros les interesa llegar a un acuerdo, pero la línea roja es una quita. Por principios y porque, creen, los griegos pueden pagarla. Según explicó su director, Klaus Regling, el Mede «ha puesto 141.800 millones de euros para bonos, el 44% de toda la deuda pública griega. Somos, de largo, su mayor deudor».
La posición del Eurogrupo es que gracias a las reestructuraciones de los últimos años, «los griegos se ahorran 8.700 millones de euros, un 4,5% de su PIB, cada ejercicio». El resultado de las acciones es que «hubo una caída del 40% del valor neto de la deuda» y que fue suficiente. «No perdonaremos préstamos, pero estamos listos para hablar de una extensión del rescate o de los vencimientos», confirmó el premier finlandés, Alex Stubb. Incluso Portugal o Irlanda ven con simpatías una reestructuración, pero no la quita.
EL MUNDO – 27/01/15