José Alejandro Vara-Vozpópuli

  • La diferencia entre Ayuso y Madina, entre el coraje y la gallina

Todos a hablar del pinganillo como el rebaño de Panurgo, siempre adelante y siempre en el mismo sitio. Es un tema que funciona en las tertulias de radio, en el mercadillo de las charos, en las sobremesas de cuñados, en el parque con perro porque ya no hay niños, en las sesiones de la Academia porque ya no hay sabios… Un hábil giro de guion para Moncloa. De la fontanera Leire a la turra plurilingüe. De las cloacas de Ferraz a la lideresa de Sol. De Begoña Ayuso.

Lo había avisado. “Todo lo que tengan que decir, en el mismo idioma, en español”. La lideresa madrileña abandonó la sala del concilio presidentes cuando el lehendakari Pardales (tímido y receloso como una animalito) y el president Illa (farisaico y tétrico como un sepulturero del far west) optaron por ignorar la lengua común y recurrir a la que ni siquiera habla la totalidad de sus respectivos paisanos. El anfitrión había recibido a los peregrinos autonómicos de toda España con un saludo en catalán, algo que ni hace el entrenador del Barça, més que un club. La tradicional cortesía de la casa. Sánchez,  sudoroso y torpe, en una intervención cara al sol impertinente, no dudó en animar la confrontación: “Cuando recibimos la propuesta de usar las lenguas cooficiales, lógicamente no podíamos más que decir que sí». ¿Y qué iba a decir, si aplaudió con las orejas? Bronca y tensión durante la mañana de la hermandad, ese es su biotopo natural. Necesita estruendo para tapar lo de Leire, ruido para camuflar lo de Begoña, trifulca para arrinconar lo de su hermano, polémica para disimular la corrupción que anega a su partido y a su Gobierno. Como se preveía, y como él deseaba, lo de Barcelona fue un sindiós.

Ayuso se salió y dejó a sus compañeros de partido sentaditos y algo pasmados. Unos con pinganillos y otros desorejados. Unos hablaron de  “desaire a los suyos” y otros que ”esto es un partido y no un rebaño”

Volvamos al pinganillo. Cuando en las encuestas se pregunta por el uso de ese artilugio entre los políticos españoles la respuesta es abrumadoramente contraria, salpicada de chistes y memes. ¿En qué lengua hablaban Puigdemont y Otegi cuando se vieron en Waterloo?  Es más, en los jardines de Pedralbes, los asistentes al jamboree plurinacional (en la terminología sanchista de la España que viene) todos parecían entenderse a la perfección sin necesidad del traductor. Sin embargo, dentro de la sala, Babel. Total, que Ayuso, ni corta ni perezosa, abandonó la conferencia y dejó a sus compañeros de partido sentaditos y algo pasmados. Unos con pinganillos y otros desorejados. Unos hablaron de “desaire a los suyos” y otros que ”esto es un partido y no un rebaño…como otros”. No se puede resistir, ya la ha liado, se escuchó por Génova. Eso sí, los jefecillos del PP se mostraron unánimes a la hora de reclamarle al gran narciso, algo descangallado en estas horas, que disuelva de una vez y que convoque. Igual que le reclaman algunos de los suyos, como Page, a quien Sánchez intentó silenciar. O como insinúa ese joven Madina, todo un héroe esta semana en loado comentario su emisora favorita.

Oh, sí, las dijo muy gordas, fue tremendo, menudo zambombazo. El chico más listo de la pandilla del progreso se ha dado cuenta al fin de que en su partido ocurren cosas indecorosas y no sólo hablar con la boca llena (eso Cerdán). Fue la suya una intervención tan arrojada que mereció una equilibrada respuesta por parte de Óscar Puente, exquisito dialéctico, quien incluyó a su compañero en el llamado “cuarteto de los resentidos”. Algunos han pensado que estas frases radiofónicas de Madina vendrán seguidas de un movimiento espasmódico de líderes socialistas ansiosos de al fin abrir la boca y cantar decididamente las cuarenta sobre una situación que les incomoda. O que les aterra, como vino a decir Yolanda Díaz en lo de laSexta, ‘no tengo opinión sobre nada porque soy boba«. More or less

“Malestar en el PSOE”, “tensión en las filas socialistas”, “desazón en el sanchismo”, se podía leer y escuchar al hilo del homérico paso al frente de Madina, quien perdió hace diez años las primarias contra el galansote y abandonó luego escaño y ejecutiva. Pero no el partido. Parece como si se esperaba el pistoletazo de salida por parte de algún osado para que comience la revuelta de los justos, la sublevación contra el autócrata, la liberación de la plebe. El asturiano Balbón, perruno y en bable, se lanzó desde Barcelona: “Elecciones en el 27, cuando toca”. Y Sánchez, un poco a la defensiva, también.

Con lo de Leire ha saltado por si le salpica el sayal de su inmaculada progresía. Pero su queja ha sido, más que una crítica, un lamento blandengue, entre la retórica frufrú y el reprochito de medroso tertuliano.

Los resentidos de los que habla Puente son cuatro, ni uno más, porque estaba Redondo Terreros y lo echaron. Page, Lambán, Susana Díaz, que está de romería del Rocío, y ahora Madina, que ya tardaba. Lo de este joven de Bilbao, llámale Edu, ha provocado más runrún porque se dirige a otra audiencia, a un sector más joven y más progre de la militancia socialista. No es el manchego de la derechona, ni el periclitado aragonés, ni la poco lozana andaluza. Es un intelectual de la generación de Sánchez, universitario, bien leído, miembro de la cofradía de la empalagosa cultureta y capaz de asumir sin rechistar cuanto hasta ahora ha venido perpetrando el número uno sin apenas abrir la boca. Con lo de Leire ha saltado por si le salpica el sayal de su inmaculada progresía. Pero su queja ha sido, más que una crítica, un lamento blandengue, entre la retórica frufrú y el reprochito de medroso tertuliano. Una especie de ¡uy, por favor, qué cosas pasan ahora que antes no pasaban. Igual que Page: mejor celebrar las elecciones generales antes que las autonómicas porque así palma Pedro y como en el 23, que fue al revés y casi nos hunde.

En vez de decirle a la cara lo que urge, «Pedro, vete ya», se conforman con naderías. No dan para más. «Vuelos gallináceos en los campos celestiales», diría Gracián. Ayuso, muy comentado su original saludo a Médica y Madre (se parece cada día más a la prota de Los crímenes de Aparanda), es otra cosa. Más rotunda, más briosa, más valerosa. Sigue empeñada en la agotadora tarea de que la gente desaprenda a vivir sin libertad.

EL VARÓMETRO

-Francina Armengol, la guardiana del Congreso silenciado, impide que Sánchez explique a la Cámara lo de las cloacas de Leire.

Ojo a la estabilidad emocional de Marlaska. La ceremonia de despedida de su secretario de Estado resultó tan inquietante como patética.

-Sii no queréis ir, no vayáis, pero dejad ya de sacudir a la mani del domingo. ¡Feliz 8-M!

Illa bracea, taimado, sus aspiraciones como delfín de Sánchez. Total, al PSOE ya solo lo votan en Cataluña.

-Los llaman ahora los ‘Consejos de ministros del silencio’. Nadie habla más que lo justo. El presidente se los mira, escucha  y se va. Temblores. Pavor.

-El Teatro Real se reboza en el wokismo con una vergonzante versión de ‘Las indias galantes’ de Rameneau. Qué disparate.

-La Fiesta se relanza. ¡Viva Morante!

-¿Dónde estará Begoña?