EL MUNDO – 17/12/14
· España ‘cuela’ en Bruselas una declaración sobre su «competencia exclusiva» para salvaguardar su territorio y los métodos para lograrlo.
El Gobierno español logró colar ayer, en las conclusiones de un documento del Consejo de Asuntos Generales de la UE, una declaración contundente sobre la que lleva tiempo trabajando para reivindicar la soberanía de un país a la hora de salvaguardar la integridad de su territorio y los métodos para lograrlo; con referencias directas a los gobiernos autonómicos y a las funciones exclusivas del Estado.
Aunque en el texto no hay ninguna alusión explícita o implícita a territorio alguno, el trasfondo político de la iniciativa española es muy claro. «No lo pone y nunca lo va a poner porque la Unión Europea no puede ni debe intervenir en asuntos nacionales, pero puedo asegurar que nadie dentro de ese Consejo tenía la menor duda de que el elefante en la habitación era Cataluña», explican fuentes diplomáticas europeas.
Bruselas se ha convertido desde hace meses en campo de batalla entre eurodiputados catalanes y diplomáticos y funcionarios del resto de España, que aprovechan cada resquicio para reivindicar posiciones; mediante actos, comunicados y cartas a miembros del Parlamento, de la Comisión y del Consejo. El enfrentamiento se polarizó más si cabe en las semanas previas al proceso de consulta convocado para el pasado 9 de noviembre.
El de ayer fue un paso más, convenientemente estudiado. Lo más parecido a un apoyo institucional comunitario sin llegar a serlo, y que dejó muy satisfecho al secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Menéndez de Vigo. «A iniciativa española se ha introducido, en la declaración final, una referencia a la importancia del respeto a la integridad territorial de los Estados miembros; a la competencia exclusiva que tienen los Estados para salvaguardarla y el respeto que los demás Estados miembros deben tener sobre lo que decida cada uno», indicó en Bruselas.
¿Por qué ha querido España incluir algo así y en un documento sobre el Estado de Derecho, que en origen apuntaba más bien a la situación de países como Hungría? Según Méndez de Vigo, «el Estado de Derecho es el que marca las reglas del juego y el que marca cómo debemos comportarnos y pronunciarnos y no salirnos de su marco. Por eso nos parece bien, aunque ya está en los tratados, que en una declaración política que hace el Consejo de Ministros se reafirme que los Estados tienen que preservar su integridad territorial y que el resto deben considerarlo como competencia exclusiva y hacer lo que diga ése Estado miembro».
La interpretación española es muy clara: los 28 aceptan, y rubrican, que Moncloa tiene competencia exclusiva para resolver los problemas con el independentismo y, si Madrid escoge un camino, los socios comunitarios deben «hacer lo que diga». Una postura que, para el secretario, «contribuye a clarificar algunos debates».
Pese a que a algunos países la insistencia de España les resulta llamativa, cuando no incómoda, el Gobierno considera que no es un tema que está marcando la agenda política exterior de nuestro país. «La normalidad ha sido la nota dominante en la agenda europea. A mí no me preguntan sobre este tema todos los días ni muchísimo menos. Si me preguntan, les cuento lo que hay, pero lo que sí puedo decir es que encuentro en todos mis interlocutores un absoluto respeto a las normas constitucionales y respeto al Estado de Derecho», añadió el ex eurodiputado popular.
El párrafo introducido en las conclusiones del documento afirma que las conversaciones entre los Estados y el Consejo para promover y salvaguardar el imperio de la ley se debe hacer siguiendo principios de «objetividad, no discriminación y trato igual». Pero, además, «sin perjuicio del principio de competencias conferidas, así como el respeto a las identidades nacionales de los Estados miembros inherentes en sus estructuras políticas y constitucionales fundamentales, incluyendo el autogobierno regional y local, y de sus funciones esenciales de Estado».
Este punto era para Moncloa absolutamente fundamental. Porque entre esas funciones esenciales está la clave: «El mantenimiento de la integridad territorial del Estado, el mantenimiento de la ley y el orden y la salvaguarda de la seguridad nacional», señala la declaración en su cuarto punto.
EL MUNDO – 17/12/14