EL MUNDO – 29/04/17
· Los 27 se reúnen hoy en Bruselas para aprobar las líneas rojas del plan de negociación del ‘Brexit’.
· Después de Gibraltar, Irlanda. Los líderes europeos podrían abrir un nuevo punto de fricción con el Reino Unido si finalmente hoy se aprueba un texto –que sería un anexo a las líneas rojas que marcarán la negociación del Brexit– en el que se reconocería implícitamente la pertenencia a la Unión Europea de Irlanda del Norte en el caso de una potencial «unificación» de la isla.
La referencia a la cuestión irlandesa podría figurar, junto con el futuro de Gibraltar y los derechos de los inmigrantes de la UE en suelo británico, en la lista de prioridades del encuentro de los 27 (excluido el Reino Unido) que se celebra hoy en Bruselas. La mención podría sin embargo ser excluida en el último momento por no reactivar el sentimiento independentista en Escocia y en Cataluña, según anticipaba ayer el Financial Times. La referencia a la posibilidad de una Irlanda «unida» y plenamente integrada en la UE ha sido impulsada por el primer ministro irlandés, Enda Kenny, que se ha referido la precedente de la «reunificación» de Alemania y ha recordado cómo los Acuerdos del Viernes Santo prevén la posibilidad de un referéndum en la isla (border poll).
Kenny ha llegado a presionar personalmente a la canciller alemana, Angela Merkel, y a recordarle la importancia histórica que tuvo en su día la «cláusula» que permitió la adhesión automática de la República Democrática Alemana a la Comunidad Económica Europea tras la reunificación alemana. «Es importante que Irlanda del Norte tenga un fácil acceso a la UE si ocurriera la unificación», ha insistido Kenny. El sueño de la «unidad» de la isla se estrella sin embargo de momento con la realidad de los números: tan sólo el 27% de los norirlandeses –frente al 65% de los habitantes de la república– son partidarios hoy por hoy de una Irlanda unida.
Tras su reciente éxito en las elecciones locales en Irlanda del Norte, Sinn Féin ha puesto sin embargo ya en marcha su propia campaña para la convocatoria de un referéndum de unificación después del Brexit y para evitar la vuelta a la frontera dura en la isla, asociada a los peores tiempos del conflicto del Ulster. «Es incomprensible tener una parte de Irlanda dentro de la UE y a otra parte fuera», advierte el líder histórico del Sinn Féin, Gerry Adams, a caballo entre Dublín y Belfast. «El Brexit ha sido una mala noticia para el norte y para el sur. Aunque al mismo tiempo ha abierto una oportunidad única para asomarnos al futuro sin particiones, divisiones y sectarismos».
La posible mención a la cuestión irlandesa en las líneas rojas del Brexit ha creado inquietud en Londres. El Gobierno británico se encuentra además ante la tesitura de ejercer el «mandato directo» (direct rule) y asumir la mayoría de las competencias de Irlanda del Norte, ante la imposibilidad de un gobierno de coalición entre el Sinn Féin y el Partido Unionista Democrático (DUP), en cumplimiento de los Acuerdos del Viernes Santo.
Durante la última década, los dos partidos fueron capaces de dejar de lado sus diferencias y avanzar en el proceso de paz. La muerte del ex viceministro principal y líder histórico de Sinn Féin en Irlanda del Norte, Martin McGuinness, ha abierto un período cargado de incertidumbre, con el Brexit y la unificación como doble telón de fondo.
La mención a la cuestión irlandesa, en cualquier caso, no figura en el documento oficial de las líneas rojas de negociación del Brexit, donde sí está incluida la mención al derecho al veto de España sobre cualquier acuerdo que afecte al futuro de Gibraltar. La cláusula sería incorporada a un documento adjunto por considerar que se trata de un principio contemplado directamente por el Acuerdo de Viernes Santo, y no un asunto que deba ser negociado con el Gobierno británico.
La de hoy será la primera cumbre oficial tras la notificación de activación del Artículo 50 y es un requisito legal, informa Pablo R. Suanzes. Dinero, Irlanda del Norte y el futuro de las agencias europeas en suelo británico son los temas que van a monopolizarla.
Donde hay cierto consenso es en que el tema del dinero va a ser uno de los más complicados junto a cuándo empezar a negociar la relación futura entre Reino Unido y la UE. Londres querría discutirlo desde el primer día, pero las directrices, en la línea de los Tratados, dicen que sólo ocurrirá cuando los 27 crean que hay avances importantes en los temas de salida. «Depende del juicio político de los líderes. Si va bien podría ser este año. Ellos evaluarán si basta o no con la recomendación de Barnier», explican altas fuentes europeas.
Cuando los líderes aprueben las directrices (y nada hace pensar que no vayan a hacerlo rápidamente), la pelota pasa al tejado de la Comisión Europea. El equipo de Barnier lleva un mes trabajando en una propuesta técnica, sus propuestas concretas a partir de las líneas generadas esbozadas por Tusk y que deben ser ratificadas este fin de semana.
EL MUNDO – 29/04/17