EL MUNDO – 23/09/15
· La Comisión Europea manda un tercer recado a Mas: un acto unilateral no tendría valor legal.
Durante meses la Unión Europea buscó un perfil bajo. Esquivó las preguntas, los debates. Ante cada cuestión sobre Cataluña, independencia y pertenencia a la UE se ponía de costado. Antes del 9-N, el año pasado, había más silencio que otra cosa. Pero la estrategia ha cambiado.
En apenas unos días la Comisión Europea se ha pronunciado hasta tres veces de forma clarísima sobre lo que ocurriría en caso de una declaración de independencia. Lo dijo Margaritis Schinas, el portavoz en jefe del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Lo volvió a decir dos días después el letón Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico. Y lo hizo ayer mismo, por escrito y con su firma, el propio presidente: una declaración unilateral de independencia del Parlament no tendrá valor legal para la UE. Sin dudas, ambigüedad o matices.
El pasado mes de julio, el eurodiputado del PP Santiago Fisas remitió una pregunta muy concreta: «¿Reconocería la Comisión una declaración unilateral de independencia o respetaría la integridad territorial de España y la competencia del Estado español para gestionar sus asuntos internos y funciones esenciales como Estado?». Ayer, el último día dentro del plazo previsto para las respuestas a los miembros de la Eurocámara, Juncker se pronunció. Se trata de un texto corto, de apenas tres párrafos, pero que supone una de las declaraciones más concretas sobre el tema de independencia y autonomía de los últimos años. De los últimos, porque hace más de 10 lo hizo ya el equipo de Durão Barroso en términos no muy diferentes.
¿Cómo ve la cuestión Bruselas? La primera parte de la respuesta es evasiva: «No le corresponde a la Comisión manifestar su opinión sobre cuestiones de organización interna relacionadas con las disposiciones constitucionales de un Estado miembro en particular».
Después, sin embargo, insiste con algo más de concreción. «De conformidad con lo dispuesto en el artículo 4, apartado 2, del Tratado de la Unión Europea, la Unión debe respetar la «identidad nacional [de los Estados miembros], inherente a las estructuras fundamentales políticas y constitucionales de éstos, también en lo referente a la autonomía local y regional. Respetará las funciones esenciales del Estado, especialmente las que tienen por objeto garantizar su integridad territorial». Donde no responde directamente a la pregunta, pero sí da una pista de la opinión política de esta Comisión.
Sin embargo, es en el último párrafo en el que se encuentra la argumentación más clara hasta el momento: «La determinación del territorio de un Estado miembro está únicamente establecida por el Derecho constitucional nacional, y no por una decisión de un Parlamento autonómico contraria a la constitución de dicho Estado». De esta forma, Bruselas cierra el ciclo apenas unos días antes de las elecciones catalanas. Cabe recordar que la Comisión Europea es la garante de los Tratados, y como tal se pronuncia.
«Un país que se independizara quedaría fuera de los tratados» y debería «solicitar la adhesión en los términos habituales», explicó Schinas la semana pasada. El razonamiento parte de la base de que una declaración unilateral no sería reconocida.