ABC 15/06/17
· Desde Bruselas apoyan al Gobierno, pero también le piden «que sea flexible»
La Comisión Europea no ve con ninguna simpatía las posiciones de los soberanistas catalanes y está decidida a impedir a toda costa la «europeización» de la crisis político-territorial, que sería uno de los principales objetivos de los independentistas. Fuentes europeas de la mayor relevancia insisten en que a todos los efectos consideran que se trata de un conflicto interno español y que no existe ninguna posibilidad «de que se permita europeizar» y trasladar a la escala comunitaria un problema que podría alcanzar una dimensión desproporcionada y esparcirse hacia otras regiones dentro de la UE con ambiciones soberanistas. Pero al mismo tiempo, las mismas fuentes consideran que el Gobierno de Mariano Rajoy debería hacer algún gesto nuevo para intentar desactivar la crisis.
«En una disputa así, el más fuerte es el que debería poder mostrar más flexibilidad» comentaba en privado un responsable comunitario del círculo más próximo al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, una opinión que coincide con lo que piensan también otros dirigentes populares europeos. En público, el presidente del grupo popular europeo en la Eurocámara, el alemán Manfred Weber ha mostrado su «apoyo total» al Gobierno de Mariano Rajoy frente a la acción de los dirigentes independentistas catalanes, sosteniendo la tesis de que «la democracia no puede estar por encima de la Constitución», pero también en el seno del grupo popular europeo hay quien no oculta su opinión de que Rajoy debería dar señales de que existe margen de maniobra para evitar el estallido de un conflicto que «preocupa claramente» en la capital comunitaria.
Responsables europeos próximos a Juncker reconocen que el presidente de la Comisión «tiene problemas para entender el factor emocional de los independentistas», sobre todo porque procura tener un diálogo fluido con las regiones europeas, incluidas las españolas, lo que constrasta con la actitud de la Generalidad. Recientemente Juncker se ha visto con el Lendadakari Iñigo Urkullu y con el presidente valenciano Ximo Puig «y en ambos casos fueron reuniones muy buenas, muy interesantes y constructivas» según revela una fuente que estaba presente en ambas.
Al no recibir al presidente de la Generalidad, la Comisión está enviando un mensaje claro sobre su opinión. ¿Que sucedería si Carles Puigdemont pidiera ahora ser recibido? La cuestión, según las fuentes consultadas, no se plantea por el momento «porque ya recibieron una respuesta negativa» y probablemente no se arriesgarían a una segunda. Pero entre el entorno de Juncker hay quien cree que «después de haber recibido a Urkullu y a Puig tal vez habría que pensar que sería muy complicado decir que no», aunque por otro lado «no estamos seguros de que al presidente catalán le gustase lo que Juncker le tendría que decir». El presidente de la Comisión ha sido siempre muy claro en cuanto a su opinión contraria a la fragmentación de los Estados miembros y en la advertencia jurídica de que una Cataluña eventualmente independiente dejaría de ser parte de la Unión.