Armando Zerolo-El Español
Ramón Tamames va a escribir el mejor libro de su carrera, la Constitución que pudo ser y el manual de Derecho político que le hubiese gustado publicar. Y nos lo va a explicar en su última lección magistral desde la cátedra que las Cortes, por cortesía de Vox, le van a prestar.
Su entorno se ha cuidado mucho de dejar claro que «Ramón expondrá el programa de Tamames, no un programa de Vox». O sea, que ni Vox piensa lo que Ramón, ni Tamames lo que Vox.
Ramón va a hablar de Ramón, y los españoles nos vamos a chapar el Tamames.
Es de agradecer a Abascal que nos invite a escuchar una lección magistral de uno de los grandes personajes de nuestra historia reciente. Un gran catedrático de Economía y un interlocutor relevante en la Transición. Nos interesa su opinión.
El Parlamento también está para dar voz a la cultura, la sociedad y el deporte. Todavía se recuerda el discurso de Ratzinger en el Reichstag alemán. La comparecencia de Zelenski en el Congreso fue emocionante. Oír a expertos y famosos en las Cámaras siempre es edificante.
Lo que no se termina de entender es que se elija la vía menos apropiada para hacerlo. Pudiendo invitarle a una comisión parlamentaria ordinaria. O a un pleno, como en tantas otras ocasiones. O a Vistalegre, y así vamos todos. ¿Por qué se elige una moción de censura para invitar a un catedrático a dar una conferencia que no tiene mucho que ver con el programa del partido que le invita y que no piensa gobernar?
Una moción de censura es algo diferente. Es una herramienta legal para el caso extremo de que el Congreso quiera retirar su confianza al Gobierno. Un instrumento legal que viene recogido en el mismo título que los estados de alarma, excepción y sitio.
Por su gravedad, nuestro legislador exigió que fuese constructiva. Sabía que es peor la ausencia de Gobierno que un Gobierno malo. Por eso se exige que la moción de censura incluya un candidato a la Presidencia del Gobierno. Un candidato creíble.
Tamames ni quiere ni puede ser presidente del Gobierno. Tamames no habla en nombre de Vox. Tamames no quiere perder la independencia. ¿Pero qué quiere Tamames?
[Tamames revela que invitó a comer a Feijóo y hablaron de la moción de censura]
Tamames quiere darnos su última lección. Quiere ser un símbolo a pesar de que ya lo era. Fue uno de los símbolos de la Transición, de la moderación del Partido Comunista y de la aceptación de un proceso integrador incluso entre las filas más radicales de la izquierda.
Puede que a su pesar, pero la realidad es que va a ser el símbolo de la Transición frustrada, de la Transición que no fue. De la Transición suplantada por «el sanchismo». Porque no hay alternativa, según dicen. O Sánchez o España.
Tamames quiere retratar a Sánchez, quiere liderar «la España alternativa a Sánchez». Una España alternativa que no suma y que no puede llegar por vía parlamentaria a un acuerdo sobre un proyecto común.
Pero les da igual, porque no se trata de una moción de censura constructiva como exige esa Constitución que Ramón Tamames ayudó a sacar adelante. Sino de algo nuevo y no previsto por el legislador: la moción de censura pedagógica.
No va a quitar a Sánchez. No va a sumar. No va a cambiar nada. Pero nos va a dar una gran lección a todos.