ABC – 26/03/17
· Los líderes de los Veintisiete se comprometen en Roma a mantenerse unidos a pesar de la salida del Reino Unido, que no participó en la cumbre.
· Dirigentes de veintisiete países reunidos sesenta años después en la emblemática ciudad de Roma, donde se firmó su tratado fundacional, reafirmaron ayer su compromiso con el proyecto de unificación europea.
Igual que en 1957, la ceremonia estuvo precedida de tensiones y negociaciones sobre los ínfimos detalles de la llamada «Declaración de Roma», pero uno detrás de otro todos los países, además de los presidentes del Consejo, Donald Tusk, de la Comisión, JeanClaude Juncker y del Parlamento, Antonio Tajani, estamparon su firma para enviar el mensaje de que el proyecto no se va a detener después de la traumática decisión del Reino Unido de abandonarlo. En una exhortación acorde con las circunstancias, Tusk exigió a los presentes que «prueben que son los dirigentes de Europa».
Puesto que ya se conoce con exactitud el día en el que será activado el artículo 50 (el 29 de marzo) lo que pondrá en marcha de forma prácticamente irreversible el proceso de separación, esta ceremonia a la que no ha asistido la primera ministra Theresa May, puede considerarse como la primera de la nueva era que se inicia tras una deserción que ha abierto una herida grave en los cimientos de la Unión.
«Permanecer unidos es nuestra mejor posibilidad de influir en el mundo y de defender nuestros intereses y valores comunes», dice la Declaración de Roma que quiere ser el punto de partida para el futuro del continente. «Vamos a hacer a la UE más fuerte y resistente, mediante una unidad y una solidaridad aún mayores entre nosotros y el respeto a las normas comunes», un párrafo que concentra gran parte de los matices que han tenido que ser negociados al milímetro para contentar las sensibilidades de algunos países como Grecia y enviar el mismo tiempo un mensaje a otros como Polonia, cuyo actual gobierno ha emprendido una peligrosa ruta de euroescepticismo y de tentaciones absolutistas.
Pero sobre todo, la declaración consagra la voluntad del nuevo núcleo político de la UE para empezar a aplicar sistemáticamente la política de dos velocidades, para que aquellos países que lo deseen puedan avanzar más rápidamente, aunque los otros no sientan todavía la necesidad de hacerlo, siempre que sea dentro de los tratados y que se mantengan las puertas abiertas para que los demás puedan sumarse en el futuro. «Actuaremos juntos, a distintos ritmos y con distinta intensidad cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección, como hemos hecho en el pasado, de conformidad con los Tratados y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante. Nuestra unión es indivisa e indivisible», reza el documento aprobado ayer.
Avances concretos
El anfitrión, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, recordó que este ejercicio de refundación «no lo hacemos por nostalgia, sino porque solo unidos podemos hacer frente a nuestros problemas»y se comprometió a que los ciudadanos puedan ver avances en breve. «Dentro de un año –dijo– espero una definición de la defensa europea. Así como avances en política económica y social, porque es evidente que la recuperación necesita ser acompañada de un impulso creciente en lo social». Tajani asimismo señaló que la UE es un antídoto contra las tensiones nacionalistas que deben ser erradicadas.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker que, a pesar de su preocupante aspecto envejecido, no es lo bastante anciano como para haber sido consciente de lo ocurrido hace 60 años (nació en 1954) quiso utilizar la misma estilográfica con la que firmó el tratado original el entonces representante luxemburgués, el primer ministro Joseph Bech. Tal vez algunos esperaban que el viejo instrumento de escritura no funcionase y que eso acabara siendo el símbolo de las debilidades del proyecto europeo. Sin embargo escribió perfectamente.
Y Juncker, el más optimista de todos en sus comentarios, volvió a ser el centro de atención. «Debemos estar orgullosos de Europa –dijo– porque hemos alcanzado logros que pensábamos que no seríamos capaces de tener, hemos logrado unir la historia y la geografía de Europa y lo hemos hechos con paciencia, voluntad perseverancia y determinación que necesitan las grandes ambiciones».
Calendario electoral
Lo que nadie ignora es que, por encima de los grandes símbolos está la realidad y en este caso, por encima de esta declaración de Roma, está el intrincado calendario electoral, empezando por la elección del presidente francés en mayo, que puede cambiar todo el paradigma . Y por ello se atrevió a aconsejar a los votantes «que no se olviden de que son franceses y de lo que eso significa».
ABC – 26/03/17