Xavi es el político más votado, más querido y más honesto que ha tenido Badalona en décadas. Independientemente del color político, que a estas alturas se ha demostrado que suele ser empleado por inmorales y ventajistas, a Albiol se le respeta por su gestión cuando fue alcalde. Y lo fue porque gana por goleada en todos los distritos de Badalona, menos en el del Centro, el de los pijos progres, los rojos de salón y los lazis hijos del franquismo badalonés. En cambio, cuanto más deprimido es el barrio, más carencias tiene, más humildes son sus habitantes, más votos obtiene Albiol. Badalona, feudo secular del socialismo traidor catalán, es desde hace años del único color que es útil en democracia, el del sentido común y el servicio a los ciudadanos.
Por eso Albiol es demasiado indigesto para la izquierda caviar, la de casita en la Cerdaña, pancartita mona y consignas dichas con boquitas de piñón que comen con cucharón. De ahí que a Albiol, con un acento catalán que tumba de espaldas porque catalán es, qué coño, con su planta y su accesibilidad para cualquiera – doy fe, para cualquiera que tenga un problema -, con su hombría de bien, su gestión centrada en mejorar la vida de las personas y su tremenda humanidad se convirtiese en el enemigo número uno de un PSC podrido hasta la médula por el nepotismo, los prejuicios, el servilismo con los separatas y la indulgencia con el comunismo. També, por la fobias de Iceta.
Le lanzaron toneladas de basura encima: de xenófobo mata moros a corrupto, de botifler a chulo, de fascista a lo que ustedes quieran. Pero, incluso así, la gente le siguió votando porque, mire usted, Iceta, el algodón municipal no engaña y cuando su anterior hombre de confianza, el exalcalde Alex Pastor, acabó detenido en un calabozo por conducir en estado de embriaguez a nadie en la ciudad del Bétulo le sorprendió. Los mega rojos ultra guais salieron con cara de mochuelo musitando cositas como que ya se conocían las debilidades del hombre, las adicciones, e incluso el afectado hizo público un comunicado en el que reconocía que la presión del cargo de alcalde había podido con él. Normal. Para llevar la vara de mando en una ciudad como esa, hay que venir llorado de casa, con las ideas claras, la mirada limpia y el ánimo más templado que el acero toledano. Sus personas de confianza están muy bien para ponerse un pañuelito de colorines al cuello y fingir que representan a los trabajadores o para colocarlos a dirigir la sanidad de mentirijillas, pero a la hora de la verdad, ninguno entre ellos le llega a la suela del zapato de ese gigantón que es Xavier.
Pero la vida es muy cabrona, Iceta, y ahí lo tiene de nuevo, alcalde de Badalona, con un mensaje de unidad, de civismo, de mano abierta que usted y los suyos son incapaces de ofrecer
Ni sus trapacerías, ni su juego sucio, ni las campañas ininterrumpidas para destruirlo han podido con él. Y no será porque no lo hayan intentado. Me cuenta un ex socialista, dos términos que se conjugan a la perfección, que hace tiempo usted dijo que a Albiol lo tenía que ver fuera de la política y arruinado. Ignoro si fue así o no, pero que los hechos confirman que su objetivo era ese parece evidente.
Pero la vida es muy cabrona, Iceta, y ahí lo tiene de nuevo, alcalde de Badalona, con un mensaje de unidad, de civismo, de mano abierta que usted y los suyos son incapaces de ofrecer a un país postrado entre el dolor de sus muertos y la incertidumbre de la miseria. ¿Y sabe que le digo? Que de la misma manera que a Xavi nunca le han temblado las piernas para ponerles el paño al púlpito a ustedes o a quien haya hecho falta si con ellos creía servir mejor a la gente, a usted le entra pánico cuando lo ve. Porque sabe que todo lo que representa ese hombre es justo lo que usted más teme. El compromiso por encima de las siglas, el honor a la palabra dada, la gestión honesta, saber escuchar al pueblo a pie de calle, el coraje y el valor físico – qué grande ese Albiol en pie, frente al ayuntamiento, rodeado de separatas vomitando ira o confinado por corona virus, transmitiendo serenidad y empatía -, en fin, todo lo que usted desearía poseer y no tiene.
Albiol es muy grande para usted, y no me refiero tan solo a la altura física, que también. Lo es porque el mira hacia la calle para luego elevar la vista hacia el futuro. Usted, en cambio, Iceta, solo sabe mirar a su alrededor a ver si sus amigos están bien colocados. Esa es la verdad de Albiol que a usted le produce terror.