Ramón Pérez-Maura-El Debate
  • «No es frecuente que un país pueda resolver un serio y endémico problema rápida y fácilmente y sin ningún coste. Pero España puede. El problema es la dañina ignorancia de algunos de sus políticos de izquierda sobre la historia de España en el siglo XX»

La podredumbre del Gobierno español empieza a trascender allende nuestras fronteras. Ayer hacía Luis Ventoso en estas páginas una comparación entre la ética del Gobierno del laborista británico de Keir Starmer y la falta de esta en el Gobierno español del socialista —o lo que sea— Pedro Sánchez. Hoy yo quiero volver a los británicos para ver cómo va calando allí la verdadera imagen de la política española en la que se enseñorea la mentira.

No es muy conocida en España, pero The Spectator es la decana mundial de las revistas de información política. Se publica ininterrumpidamente desde julio de 1828. Mantiene una circulación en papel de más de cien mil ejemplares y su versión en la red es magnífica. Ha mantenido siempre una línea editorial conservadora y con frecuencia pasar por su dirección es subir un escalón en la carrera para triunfar en política. Sin ir más lejos, Boris Johnson fue su director entre 1999 y 2005 y el actual director, Michael Gove, ha sido varias veces ministro en gobiernos conservadores. Y el actual presidente de la revista es mi buen amigo lord Moore de Etchingham, autor de la biografía autorizada de Margaret Thatcher y exdirector de esa revista, de The Daily Telegraph y The Sunday Telegraph. Quiero con esto poner en contexto la relevancia de la revista que el pasado 11 de enero publicaba un notable análisis titulado «La solución a los problemas de España». Les hago un amplio extracto del texto: «No es frecuente que un país pueda resolver un serio y endémico problema rápida y fácilmente y sin ningún coste. Pero España puede. El problema es la dañina ignorancia de algunos de sus políticos de izquierda sobre la historia de España en el siglo XX. Y en particular de lo que ocurrió durante la Segunda República y la consiguiente guerra civil. No conociendo la historia, constantemente enmarcan la política española del siglo XXI como la continuación de esa guerra. Sus malentendidos y sus imposturas están dañando a España».

En el artículo se explica cómo se descalifica como franquistas a los políticos del PP y Vox a los que se describe como «apologistas del franquismo» aunque deja claro que ambos partidos son «inquebrantables defensores de la Constitución democrática». Y al final, la revista ofrece una rápida y fácil solución: leer The Penguin History of Modern Spain, obra publicada en 2023 y de la que es autor Nigel Townson, licenciado en Cambridge, doctor por la Universidad de Londres y profesor de la Universidad Complutense. Como dice The Spectator, el libro no se ha traducido al español «pero afortunadamente Sánchez lee inglés».

La revista hace una cita de este libro de referencia: «Defender el gobierno republicano con el argumento de que fue ‘elegido democráticamente’ es ignorar hasta qué punto las autoridades de 1936 habían fracasado en el mantenimiento de la ley y el orden o en gobernar de forma democrática (…) sus políticas de exclusión habían alienado a sectores de la sociedad española que temían por sus propiedades e incluso por sus vidas». Y a lo dicho en el libro, The Spectator apostilla: «Es muy probable que si los republicanos, ayudados como lo fueron por la Unión Soviética, hubieran ganado, España hubiera sufrido un régimen comunista».

Y como es lógico, la revista dice que los problemas de corrupción son cada vez más agudos para Sánchez y éste «parece encontrar en la guerra civil, la dictadura de Franco y la importancia de defender a España del retorno del fascismo una distracción muy conveniente». La revista afirma que «Sánchez está exhibiendo su ignorancia» al conmemorar 50 años de libertad que la revista retrasa hasta las elecciones de 1977 y concluye diciendo que «la próxima vez que Sánchez necesite tomarse unos días de descanso, podría emplearlos en leer algo de historia. Le haría un favor a su país».

Ya comprendo que todo lo que dice The Spectator es perfectamente sabido por cualquier lector de El Debate. Pero lo que a mí me parece relevante a estas alturas es que una revista tan influyente como ésta esté difundiendo allende nuestras fronteras la verdadera naturaleza del Gobierno de Pedro Sánchez. Ya era hora de que lo hiciera alguien.