ABC 09/05/15
· El SNP barre a los laboristas en su feudo tradicional, pasando de seis a 56 escaños
Ocho meses después de su derrota en el referéndum independentista, los nacionalistas escoceses han irrumpido con fuerza en el Parlamento de Westminster. El SNP (Scottish National Party) no sólo ha sabido gestionar la derrota astutamente, sino que además su líder, la abogada de 44 años Nicola Sturgeon, se ha metido en el bolsillo a millones de escoceses en un tiempo récord. El partido nacionalista ha pasado de 6 a 56 diputados, haciéndose con prácticamente casi todos los 59 escaños asignados a la región en la Cámara de los Comunes. Con este resultado, se convierten en la tercera fuerza política del Parlamento británico y en la china del zapato de David Cameron.
· El «fenómeno» Nicola Sturgeon: Bajo su liderazgo, desde noviembre de 2014 tras la renuncia de Alex Salmond, el SNP ha ganado más de 100.000 nuevos miembros. El partido nacionalista se ha convertido en la tercera fuerza nacional
El flamante vencedor de los comicios deberá tener muy presentes las presiones independentistas de una Escocia que se ha echado en brazos del partido defensor de la secesión. En su primer discurso tras ser reelegido, Cameron se comprometió a garantizar para Escocia «el gobierno con las transferencias más potentes del mundo», así como a «implementar lo más rápido posible el proceso de devolución que todos los partidos acordaron para Escocia, Gales e Irlanda del Norte». En esa misma línea y con el aliento del independentismo en el cogote, George Osborne, ministro de Finanzas, incidió en que el Gobierno velará para que los escoceses sientan que tienen participación en el Reino Unido. «Necesitamos respetar el resultado de Escocia en las elecciones y veremos qué podemos hacer para que los ciudadanos escoceses se sientan partícipes de un fuerte Reino Unido», declaró en una entrevista a la BBC.
El espíritu del independentismo vuelve a planear sobre Westminster y de hecho su cara más visible, el artífice de la campaña independentista, Alex Salmond, al que relevó Sturgeon, vuelve a sentarse en los bancos de la Cámara de los Comunes, tras lograr su escaño por la circunscripción de Gordon.
Con un partido nacionalista tan fortalecido, la pregunta inevitable ahora es si se movilizarán para sacar adelante un segundo referéndum por la independencia de Escocia. Una opción que la ministra principal de Escocia descartó. «Ahora es el momento de trabajar para hacer llegar alta y fuerte la voz de los escoceses a Westminster».
Azote de conservadores
Pese a la sonada victoria del SNP, conviene recordar que en ningún caso han logrado cumplir el principal objetivo con el que se postularon en las elecciones. Sus ansias de desalojar al Gobierno conservador de David Cameron se han visto estrelladas en un insólita mayoría absoluta del Partido Conservador. Sturgeon, a bordo de su helicóptero, visitó pueblo por pueblo presentando a su partido como azote de los conservadores, que brindarían su apoyo al laborista Ed Miliband para formar un gobierno antitory. Pero les ha salido mal la jugada. Miliband, con permiso de los liberaldemócratas de Nick Clegg, que han sufrido un enorme batacazo, es el gran perdedor.
Los nacionalistas han triunfado a costa de una sangría de escaños perdidos en Escocia por el Partido Laborista, que durante años utilizó el respaldo de los escoceses para formar mayorías en Westminster. De las 41 circunscripciones que controlaban han mantenido una. Especialmente humillante fue la derrota en Renfrewshire Este, donde el veterano Jim Murphy, que dirige el partido laborista en Escocia desde el final del año pasado, perdió su escaño. «Hemos sido golpeados por dos nacionalismos: el escocés y el inglés, este último representado por Cameron y su mensaje de que un voto laborista era un voto al SNP», declaró francamente devastado.
Tampoco pasa inadvertido el caso de Douglas Alexander, director de la campaña laborista y portavoz de Exteriores de la oposición. Alexander ha sido desbancado por la diputada nacionalista Mhairi Black, de 20 años. La muchacha, que cuando tome posesión de su escaño se convertirá en la diputada más joven en el Parlamento británico desde 1667, obtuvo 23.548 votos, casi 5.600 más que los laboristas.