Armando Zerolo-El Español
  • El Gobierno debería condenar sin fisuras la violencia terrorista, la que sea. La de Hamás, la de los neoetarras y la de cualquiera que altere el orden público.

¿Se acuerdan de aquello que los etarras llamaban “lucha callejera” allá por los años noventa?

Era ese terrorismo vasco que durante años anduvo impune por los barrios del País Vasco.

Se supone que ese terrorismo, gracias a la entrada en la política de terroristas confesos como Arnaldo Otegi, había terminado para siempre.

Pero ese terrorismo callejero sigue muy vivo. No sólo se ha instalado en las instituciones y en el Gobierno nacional, sino que ha vuelto con toda su violencia.

Donde antes se quemaban autobuses ahora se cortan árboles y se acosa a deportistas.

Antes, con la excusa de ser españoles. Ahora, con la excusa de que son israelíes.

Es el mismo nacionalismo, la misma violencia, con diferente excusa.

Manifestantes violentos al paso de los ciclistas en la 11ª etapa de La Vuelta.

Manifestantes violentos al paso de los ciclistas en la 11ª etapa de La Vuelta. EFE

A quien nunca tuvo amplitud de mente para adoptar una postura razonable, a quien acudió al delirio nacionalista para defender los intereses de su pueblo, no se le puede pedir ahora que plantee una postura equilibrada ante un problema sumamente complejo como el de Israel y Palestina.

Esa generación educada en la idea de que la violencia institucional y callejera tiene el visto bueno del Estado, con su representación en el Congreso y su participación en el Gobierno, sólo va a entender la lógica de la violencia.

Son así y no se ha hecho nada para cambiarlo.

La imagen que está dando España ante el mundo es vergonzosa. Somos el punto del mapa en que los extremos nacionalistas se dan la mano. El sionismo radical de Netanyahu se ha encontrado con el antisemitismo del terrorismo etarra, que se mantenía latente en nuestro país.

Nacionalismos de uno y otro cuño que se encuentran para retroalimentarse y justificarse.

La respuesta de Albares pidiendo que se expulse al equipo de Israel se parece a “la solución” que encontraron los nacionalsocialistas en la Alemania de los años 30, y a la que provocó ETA a finales del siglo pasado cuando forzó el éxodo de miles de ciudadanos vascos.

Lo que tienen que hacer las víctimas es no molestar y marcharse. Y si no lo hacen, que no se quejen.

Albares podrá ver bien o mal enviar un mensaje a Netanyahu boicoteando a los equipos deportivos de su país o expulsándolos de Eurovisión. Yo no comparto esa medida. Ni con Israel, ni con Rusia.

No creo que el mensaje sea recibido como se espera. Sin embargo, provocará un efecto de aversión nacional contraproducente.

Pero es que Albares ha tenido la ocurrencia en mitad de La Vuelta, cuando el equipo ya había sido invitado, y cuando hay energúmenos filoterroristas que están provocando desórdenes en la vía pública.

Entiendo que estas cosas las defienda Podemos, pero no un ministro del Partido Socialista Obrero Español.

El Gobierno debería condenar sin fisuras la violencia terrorista, la que sea. La de Hamás, la de los neoetarras y la de cualquiera que altere el orden público.

Pero el precio a pagar sería perder el apoyo de la mitad de sus socios. Y ahora no pueden permitírselo. Es el precio que hay que pagar por asociarse con nacionalistas y filoterroristas.

Esta actitud, por muy grandilocuentes que fuesen las palabras de Sánchez para apoyar a los habitantes de Gaza, hace mucho daño a una causa justa y necesaria.

No sé cómo decirlo, pero la posición del Gobierno, una vez más, nos hace muy difícil posicionarnos al lado de lo que defiende. Es como si alguna fuerza telúrica les empujase a contaminar todas las justas causas. Ya les ha pasado con el feminismo, con la ecología y con la igualdad. Ahora les va a pasar con los palestinos.

No hay quien defienda su postura.

Así las cosas, y dado que todo lo hacen al revés, lo propio es que pongan a Albares y a Yolanda Díaz en la cabecera de una manifestación a favor de Netanyahu.

Si es que de verdad quieren evitar el «genocidio» del pueblo palestino.