EL MUNDO – 21/11/15
· Al Qaeda mata a una veintena de rehenes en un hotel de la ex colonia francesa tras un secuestro de siete horas.
Bamako no es París ni Mali es Francia, pero el yihadismo ha unido el destino de la antigua metrópoli y su ex colonia a través de espectaculares ataques terroristas en cuestión de una semana. Durante la madrugada de ayer, asaltantes pertenecientes a Al Murabitun, en colaboración con AQMI –la rama de Al Qaeda en el Magreb Islámico– entraron en el lujoso hotel Radisson Blu de Bamako, la capital de Mali, frecuentado por empresarios, diplomáticos y trabajadores de aerolíneas.
Aunque los salafistas perdonaron la vida a quienes podían recitar versos del Corán, mataron al menos a 19 personas e hirieron a otras siete al grito de «Alá es grande», según hizo público el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta. Un total de 170 personas –30 trabajadores y 140 huéspedes– permanecieron secuestradas durante varias horas entre la confusión e incertidumbre. A las once de la mañana, hora local, las fuerzas de seguridad malienses junto a efectivos franceses y de la Misión Especial de la ONU en Mali (MINUSMA), irrumpieron en el interior en una misión de rescate tras siete horas de asedio.
Algunos de los rehenes habían sido trasladados a las zonas del sótano del edificio, mientras que otros permanecían en el séptimo piso, donde se habrían llevado a cabo las matanzas. Según una fuente militar, los dos únicos terroristas implicados habrían muerto durante la operación policial, que se dio por finalizada sobre las cuatro de la tarde.
Según un comunicado del Ministerio de Seguridad Interna de Mali, los huéspedes alojados en ese momento tenían 14 nacionalidades distintas. El único ciudadano español consiguió ser evacuado con vida, confirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación a la agencia Europa Press.
Francia no tardó en solidarizarse. Una semana después de que 127 personas murieran en las calles de París a manos de milicianos del autoproclamado Estado Islámico (IS en sus siglas en inglés), el presidente francés, François Hollande anunció su apoyo incondicional con Malí en la lucha contra el terrorismo yihadista y se precipitó a enviar a más tropas.
En el marco de la colaboración internacional en la lucha contra el terrorismo, España tiene desplegados en Mali a 117 militares, informa Fernando Lázaro. La misión española consiste en el adiestramiento de mandos para el nuevo ejército del país. Han sido muchos los uniformados que han pasado por las manos de los instructores españoles, pero ninguno de los que participó en el rescate de los secuestrados ha sido adiestrado por España. Ayer actuaron bajo paraguas francés y estadounidense. A día de hoy, España tiene 110 efectivos en el campamento de KouIikoro, a 150 kilómetros del lugar del secuestro y otros siete mandos en el cuartel general, ubicado en otro hotel de Bamako a 1,5 kilómetros del ataque de ayer.
Durante la mañana del asedio, el sacerdote salesiano Emilio Hernando, relató en una conversación telefónica a EL MUNDO que, aunque nadie se esperaba el modus operandi de los terroristas –irrumpiendo en un hotel de ese calibre y con buena seguridad–, el ataque no fue «ninguna sorpresa». «Tras los atentados de París nos esperábamos que pasara algo así aquí, ya que los terroristas no podrían volver a atacar Francia y tenían que enfocarse hacia los intereses franceses en el exterior».
Otro residente en la capital asaltada que pidió no ser identificado, fue más allá: «El ataque era de esperar, había habido ya intentos fallidos de ataques yihadistas, fundamentalmente en los controles policiales a la entrada de la ciudad que han sido contenidos. Además, hay muchos controles en todos los restaurantes y bares».
La inseguridad ha hecho mella entre los ciudadanos y ha hecho que se extremen las medidas de precaución: «Muchas de las ONG y Naciones Unidas han decidido quitar los logos de sus coches para circular por Bamako. Y ha habido ataques puntuales a casas de expatriados y personal local de las ONG con armas, aunque esto también puede estar ligado a un aumento de la criminalidad por una mayor circulación de armas en el país», relata. Por otro lado, la conexión con los ataques de París no termina de estar clara para este expatriado: «Se hablaba mucho que iba a ocurrir algo así antes o después. No se sabía muy bien el qué y se esperaba algo más parecido a lo de París, en bares o restaurantes, aunque hubiera tenido menos impacto. Aunque los ataques no estén ligados a los acontecimientos de Francia, no hay duda de que sí que lo están a la operación llevada a cabo en el norte de Mali. En cualquier caso, el hotel Radisson siempre estaba lleno, de extranjeros en su mayoría, porque se suponía que era uno de los lugares más seguros de la ciudad».
En el año 2012 se produjo un golpe de Estado en Mali que derivó en una guerra civil y en una gran asonada militar francesa a principios de 2013 con el objetivo de terminar con las células yihadistas del norte del país. Aunque el poder de los grupos terroristas en Mali fue enormemente debilitado y relegado a la zona norte, nunca llegaron a desaparecer del todo. A tal efecto, Hernando resalta que los terroristas no han dejado de hacer negocios a lo largo de Mali. «Sigue habiendo tráfico de drogas y contrabando de armas en todo el país, incluido Bamako».
Baptiste Genet, ciudadano francés que se encontraba en un viaje de trabajo en la capital, corroboró esta versión: «El resto de Bamako ha estado en calma, parecía ser un día normal, lo único diferente es que los expatriados se han quedado en sus casas y sus hoteles haciendo caso a las recomendaciones de las embajadas».
EL MUNDO – 21/11/15