Jon Juaristi-ABC

  • Hablemos con propiedad. Este Gobierno de friquis no es una mafia. Un respeto para la Camorra y para la Real Academia Española

El Estado de derecho se defiende en las cloacas, dijo un presidente sociata español hace cuatro décadas, cuando lo del GAL. Al sanchismo se le defiende directamente en las pocilgas, que están más a la vista. Las del Gobierno han producido esta semana un bulaños a base de mezclar un poco de UCO, un poco de Ayuso, un poco de bomba lapa, y de darle forma de tenebrosa conspiración pepera para matar a Sánchez. Como es sabido, pocas horas después las menestras y menestros implicados en la operación quedaron con el pandero al aire, pero ni por esas. A día de hoy siguen buscando fórmulas posibles de desmentir un desmentido. Como ni para eso sirven, me dispongo a echarles una mano,

En realidad, creo que el Puto Amo correría un grave peligro si se paseara hoy, en coche o a cuerpo gentil, por cualquier calle de España. Si paseara, digo, no si saliera por piernas, como en Paiporta. Pero no peligraría por lapas (marca de la casa de sus amiguetes de Bildu), sino por lapos a secas. Le iban a caer más que al Buscón en Alcalá. La pasada semana, Gallego y Rey utilizaban lo del gargajo como metáfora del automagnicidio político del arriba mentado. Una primera viñeta lo muestra en Laponia, donde habría ido a hacer campaña contra Israel, escupiendo al cielo un lapón verdoso que en la siguiente viñeta le cae en la cara.

Con todo esto, se me han pasado las ganas de ayudar a las Pájaras. Pero, bueno, lo prometido es deuda. Les voy a recomendar un clásico de Umberto Eco: ‘Cómo desmentir un desmentido'(1988). Un pobre funcionario romano niega que estuviera presente en el asesinato de Julio César, alegando que nació en 1944 y que nunca dijo a Bruto: «Nos veremos en Filipos». Admite que confió a su acusador, un periodista tipo Leire, que pronto se vería con un tal Filipo, pero que lo hizo en el contexto de una reunión municipal sobre cómo mejorar el tráfico. El sicofante no se arredra y contraataca: «Noto que, en toda su alegación, el señor Desmentidos evita decirnos, en concreto, quién asestó las puñaladas. En cuanto a la penosa rectificación sobre Filipos, tengo aquí mis notas donde está escrito, sin sombra de duda, que el señor Desmentidos no dijo ‘me veré con Filipo’, sino ‘nos veremos en Filipos’. Lo mismo puedo asegurar sobre la expresión amenazadora contra Julio César. Mis apuntes dicen claramente que dijo: ‘Estoy est…ulando con…ases…eliminación tr.ido Julio César’. No será esgrimiendo argumentos capciosos y jugando con las palabras como pueda evitar responsabilidades y silenciar a la prensa».

Comprendo a la portavoza cuando dice fiarse de los medios de prensa que denunciaron al capitán de la UCO. Habrá que fiarse también, siguiendo la misma lógica, de los que la sitúan en Teruel dando la bienvenida oficial a un volquete de putas, que diría Óscar Puente, alias el Catenarias, genio y finura.