EL MUNDO – 12/11/16
· Espinar gana en Madrid a la errejonista Maestre e inicia la purga contra los críticos. El líder de Podemos logra una gran movilización de sus partidarios tras las informaciones sobre su candidato.
· Pablo Iglesias impone su ley en Podemos: Ramón Espinar, su candidato, es ya el nuevo secretario general en Madrid tras ganar a Rita Maestre.
De esta manera, Iglesias derrota a su número dos, Íñigo Errejón, en su primera gran batalla interna y, gracias a ello, sale reforzado por la militancia de cara al próximo congreso nacional de la formación, el llamado Vistalegre 2 –previsto para primeros de 2017–, donde los dos grandes liderazgos de Podemos volverán a dirimir sus respectivos proyectos sobre el futuro de la organización. Con este resultado, Iglesias apuntala la radicalización de su discurso y la protesta como forma de oposición al PP.
Las primarias de Podemos en Madrid no eran una simple pugna regional. Eran en realidad la antesala de la disputa nacional que Iglesias y Errejón mantendrán en los próximos meses, el enfrentamiento entre sus dos modelos, que culminará en el segundo congreso de Vistalegre, donde tendrá que definirse qué quiere ser Podemos y cómo tiene que plantear la forma de oposición al Gobierno de Mariano Rajoy. Si con un discurso más radical, «que hable claro» –o sea, más duro, incluso con el PSOE– y esté atrincherado en las movilizaciones sociales, o si en cambio, como plantea Errejón, con un mensaje más transversal, más amable en las formas y que, ante todo, priorice el trabajo en las instituciones frente a la calle para ganarse la confianza de «los que faltan». Aún más ahora con la crisis del PSOE.
Pues bien, Iglesias se ha salido con la suya y ha logrado apuntalar ese giro radical que viene emprendiendo desde hace meses gracias a su gran coalición con la familia Anticapitalista, el ala más radical de Podemos, que ha sido esencial para lograr el triunfo. También consolida la alianza con IU y Alberto Garzón.
Sin embargo, todo este abandono de la transversalidad ha hecho sonar todas las alarmas del sector errejonista, preocupado por un discurso que, a su juicio, aboca a Podemos a quedar arrinconado en la izquierda extremista y a convertirse en una fuerza «de resistencia» y «de protesta» en lugar de una alternativa de gobierno.
Ramón Espinar venció en Madrid con el 50,8% de los votos (13.686) frente al 43,75% (11.783) logrado por Rita Maestre. Un triunfo por unos 2.000 votos y siete puntos que fulminó el favoritismo que había tomado Maestre después de su éxito en la votación previa de los documentos –la primera de las dos votaciones en las que se dirimían las primarias madrileñas–. Así pues, los afines a Iglesias controlarán la federación más numerosa en militantes y la más influyente en Podemos. Espinar, como secretario general, y su equipo ocuparán el 80% de la dirección regional: 27 puestos por siete de los afines a Errejón.
En rueda de prensa para presentar a la nueva dirección, en una foto en la que no estaban los siete consejeros afines a Errejón, Espinar reconoció que había tenido «una conversación la verdad que alegre» con Iglesias, y que fue éste y no el secretario de Organización quien le había comunicado personalmente el resultado. «Cuando Podemos sale fortalecido, Pablo Iglesias sale fortalecido», defendió Espinar, cuyas muestras de alegría con una sonrisa permanente y guiños denotaba el alivio por un proceso que, en sus palabras, había costado «sangre, sudor y lágrimas».
Aunque hizo un llamamiento para que la «fraternidad» sea el «motor» de esta etapa y se rebaje el enfrentamiento entre facciones, Espinar dejó ver que una de las primeras consecuencias pasa por sustituir a los dirigentes errejonistas, empezando por el portavoz en la Asamblea de Madrid, José Manuel López, para poner a uno afín. El nuevo líder madrileño dijo que «si estuviera» en su posición, él ya «no sería portavoz». «Cuando uno pierde un proceso interno le toca dar un paso atrás en términos de visibilidad pública y dejar dirigir la organización a quien ha ganado», ahondó, aunque dijo que «se contará con su opinión».
Es pronto para saber el coste interno en los equilibrios de Podemos, pero lo cierto es que ahora las heridas están muy abiertas. La batalla en Madrid ha sido feroz, así que si finalmente se purga a López la herida puede sangrar. Mucho.
EL MUNDO – 12/11/16