Paloma Esteban-El Confidencial
Las encuestas favorables, su cuerpo a cuerpo con Rovira, su defensa a los intereses «de todos los catalanes» y la naturalidad al hablar de su matrimonio. Arrimadas mira al 21-D
Ciudadanos podría convertirse en la primera fuerza política de Cataluña según el CIS. «Es eso, solo una encuesta», dicen muchos de los dirigentes de la formación. Otros en cambio no ocultan la inevitable euforia. Aún así, lo cierto es que todos los sondeos pronostican al partido un importante crecimiento y lo sitúan como la opción de confianza de muchos catalanes para resolver la profunda crisis abierta en Cataluña. Al frente del timón, Inés Arrimadas. Hace dos años, casi una desconocida. Ahora, una dirigente consolidada que se ha batido el cobre con el separatismo y que ha liderado la oposición en estos dos años frente al Govern de Puigdemont.
Paso a paso la candidata naranja, junto a su grupo parlamentario y su guardia pretoriana, se ha ido construyendo un perfil propio dentro y fuera del partido. La prueba más importante llegará en menos de dos semanas, cuando transcurra esta campaña en la que debe conseguir equilibrios nada fáciles. El 21-D parece la fecha definitiva. Hace dos años el partido naranja logró 25 escaños y 735.000 votos. Ahora, el escenario ha cambiado todavía más y en mitad del ambiente polarizado, en en el que Ciudadanos representa uno de los extremos, Arrimadas busca conquistar una mayoría. En esta recta final, su hoja de ruta podría resumirse a través de cuatro claves. Las mismas que en mayor o menor medida le han conducido a un despegue astronómico.
Sorteando el 155: «Yo defiendo a los catalanes»
Que Ciudadanos ha estado en todo momento al lado del Gobierno de Rajoy en la crisis catalana no está en duda. Fueron los primeros en exigir al ejecutivo que aplicara el artículo 155 de la Constitución para acabar con las ilegalidades reiteradas del ‘procés’ y en esa exigencia han ido vertebrando gran parte de su precampaña. Sin embargo, Arrimadas es consciente de que toca pasar página y evita referirse explícitamente a esta cuestión. En días recientes y preguntada directamente por si «era necesario el 155», la candidata reiteró: «Estaba claro que quedarnos mirando no era la solución. Yo le dije al señor Puigdemont en muchísimas ocasiones que convocara elecciones. Era lo más limpio y lo menos dramático. De alguna manera había que convocarlas
DE hecho, es Albert Rivera el que en los primeros mítines de campaña se encarga de hablar más de este asunto y del conjunto de España, mientras que Arrimadas se centra en Cataluña. La dirigente de centro quiere trasladar el mensaje de que será la presidenta de todos los catalanes y acabar con los fantasmas que tratan de propagar sus rivales cuando acusan a la formación de «nacionalismo español». Precisamente, el pasado lunes Arrimadas se expresó con palabras muy concretas en un desayuno en Madrid: «Eso de que hay que ser nacionalista porque solo así defiendes los intereses de tu tierra es falso». Y continuó: «Si soy presidenta voy a defender los intereses de Cataluña. Iré a la conferencia de presidentes la primera, con los números bien hechos, aunque Rivera un día sea el presidente de toda España y defenderé a los catalanes sin tesis nacionalistas».
Siempre apelando a la necesidad de hacerlo dentro del marco legal, la candidata naranja insiste en que hay que «recuperar el autogobierno» de Cataluña tras años de ‘procés’ y señala a otros países de corte federal con sistemas «que funcionan muy bien» como el caso alemán. Queremos un «modelo descentralizado, que es en lo que creemos, pero que sea eficiente». Todo un paquete de guiños hacia unos electores que probablemente siguen en disputa con el PSC —cada vez menos— y que puede retener a gran parte del cinturón rojo que el pasado 2015 quedó teñido de naranja.
«Me casé con un catalán, catalán»
Pese a ser una mujer «tímida» como ella misma se define y reservada para los asuntos personales, Arrimadas ha aprovechado sus últimas apariciones en público, ya en plena precampaña, para mostrar un lado más humano y personal como nunca antes lo había hecho. Su compromiso con un exdiputado de Convergència i Unió, Xavier Cima, que causó cierto revuelo en un principio, se ha quedado en una simple anécdota que ya nadie recuerda, gracias a las últimas declaraciones de la candidata a la presidencia de la Generalitat. Sin complejos y de forma absolutamente natural habló de su matrimonio y de su relación con su marido durante su entrevista en el programa ‘Mi casa es la tuya’ hace escasos días.
Arrimadas y Bertín Osborne charlan con Xavier Cima durante una entrevista. (‘Mi casa es la tuya’) «Yo soy muy abierta a conocer a personas de otros partidos, tanto que al final me casé con uno que estaba en otro distinto», afirmó. Si hace algo más de un año algunos columnistas lanzaron reproches y críticas a la dirigente de Ciudadanos tras su enlace con un exdirigente de un partido nacionalista —y a las que la formación dio carpetazo de forma inminente— Arrimadas se ha apoyado ahora en esta cuestión para hablar de la diversidad que hay en España. «A mí nadie me tiene que explicar que este país es diverso. Nací en Andalucía, en Jerez de la Frontera, mis padres son de Salamanca y llevo ya muchos años viviendo en Cataluña. Me he casado con un catalán, catalán, de Ripoll», comentaba también hace días en otro foro, en Madrid.
El cuerpo a cuerpo con Marta Rovira
El primer debate electoral del 21-D, un cara a cara entre Arrimadas y la secretaria general de los republicanos catalanes, aupó a la candidata naranja. Un día después salía publicado el CIS en el que Ciudadanos superaba a ERC en votos, y la formación de centro reconoció que era una segunda estocada importante. «Inés ha demostrado que es la mejor opción. Solo hay que ver lo que ocurrió anoche con Rovira. Y esto solo puede ir hacia atrás para ellos». La conclusión era dolorosa para los republicanos, pero el CIS también ponía negro sobre blanco una pérdida de electores hacia la lista de Puigdemont.
Inés Arrimadas y Marta Rovira con Jordi Évole en ‘Salvados’. Que ERC tiene ese miedo y llegó a la misma conclusión que Ciudadanos se vio este viernes en el primer gran debate de todos los candidatos en TVE: el partido optó por ‘esconder’ a la número dos de Oriol Junqueras —en prisión— y se decantaron por el número dos por Girona, Roger Torrent. Como publicó este diario, la formación independentista asume el perfil «poco adecuado en entornos urbanos y hablando castellano» de Rovira e incluso algunos sectores reconocen que no se trata solo de la barrera idiomática, sino que puede ser una cosa cultural y de mentalidad. Sin duda, un balón de oxígeno para Arrimadas y su equipo, que seguirán buscando el cuerpo a cuerpo con la secretaria general de ERC, y que empiezan a ver a su principal rival a batir «muy perdido» a tan pocos días de la gran cita con las urnas.
Encuestas y agenda de medios
Unas mejor y otras peor. Ninguna como la del CIS en la que llegó a coronar a los de centro como primera fuerza en Cataluña. Pero, de una u otra manera, Ciudadanos celebra que la posible victoria de Arrimadas a raíz de todas las encuestas publicadas haya acaparado de forma unánime la agenda de los medios de comunicación. «Nos ven como gran opción. Piensan en Junqueras o en Arrimadas», insisten desde el partido.
Igual que en el resto de partidos. El PSC centra uno de sus objetivos electorales en recuperar los votantes huidos a la formación naranja y los populares Xavier García Albiol reconocen una cierta alarma al ver que existen opciones de quedarse como última fuerza en Cataluña porque Ciudadanos ha terminado por arrebatarles todo el discurso territorial. Un escenario que Arrimadas piensa aprovechar al máximo posible, posicionándose como principal receptora del ‘voto útil’ para todos aquellos que quieran acabar con el ‘procés’. Y en eso seguirán centrando sus mensajes de la campaña en estos días, confiando en que haya una movilización importante de indecisos en la recta final. «A corto plazo, la única solución es que haya un nuevo Gobierno, una alternativa. Si vuelven a ganar los mismos, seguirá pasando lo mismo, que nadie les engañe», repiten una y otra vez los dirigentes naranjas cuando queda muy poco para el 21-D.