Alberto Pérez Giménez-Vozpópuli
- En plena tormenta política entre Podemos y el PSOE por el ‘solo sí es sí’, el círculo de hierro de Irene Montero -su íntima amiga y secretaria de Estado, la ínclita Pam- no duda en mentir para seguir aferrada a su bien remunerado cargo. Y, mientras, nos encaminamos a los 400 abusadores beneficiados por su engendro legal
Dimitir es un nombre ruso. También para Podemos. Las mujeres del Ministerio de Igualdad, con Irene Montero a la cabeza y fielmente secundada por su secretaria de Estado, Ángela Rodríguez Pam –la que bromeaba a cuenta de la liberación “en masa” de abusadores sexuales y violadores y ya vamos camino de los cuatrocientos- están dispuestas a mentir cien veces.
Todo con tal de no dimitir y permanecer en sus poltronas tan bien remuneradas –más de 100.000 euros en el caso de Pam– y para no reconocer que su ley fue una chapuza que ha provocado –y provocará- cientos de rebaja de penas y la libertad de varias decenas de condenados por abusos sexuales.
En plena crisis con su socio de (des) Gobierno, tras anunciar el PSOE por fin que va a modificar una ley que el presidente Sánchez defendió y todo el Grupo Socialista votó y aprobó sin rechistar –obligado porque las encuestas han activado todas las alarmas a solo unos meses de las elecciones autonómicas y municipales cuando, según el plan de Moncloa, se debería estar hablando del alza del SMI y la subida de las pensiones-, desde el Ministerio de Igualdad se miente sin recato para intentar salvar la cara a Irene Montero.
Desde la izquierda a la derecha, nadie daba crédito al nuevo mantra del Ministerio de Irene Montero para intentar enrocarse y negar la realidad de una ley nefanda parida en su departamento. “Ni un grupo parlamentario, ni un solo informe de los órganos consultivos, ni un solo Ministerio, ni un solo medio de comunicación adivinó que esta era una posibilidad”, aseguraba ayer desde su cuenta de secretaria de Estado la ínclita Pam sobre los cientos de revisiones de condenas que su ley ha provocado.
Cuatro mentiras, cuatro, en un solo tuit oficial. Cuatro mentiras, cuatro, tan fácilmente desmontables que causan sonrojo y que se deberían añadir a los ‘méritos’ de Pam para que no estuviera ni un minuto más en su puesto. Vayamos por partes.
Primera mentira
“Ni un grupo parlamentario” adivinó que se producirían rebajas de condenas con su ley. Primera mentira tan burda que se desbarata acudiendo a la propia hemeroteca del Congreso.
El 22 de mayo de 2022, la diputada del PP por La Coruña y portavoz adjunta de ese Grupo en la Cámara pedía desde la tribuna “eliminar prácticamente entera la exposición de motivos” de la ley porque “parece una soflama del programa electoral de Unidas Podemos que puede suponer, como lo saben ustedes, paradójicamente, que lo que antes eran agresiones sexuales que conllevaban una pena grave ahora vean rebajado su castigo”. Literalmente.
Martes 27 de septiembre de 2022. Ruth Goñi, senadora de Navarra Suma, advertía directamente a la propia Pam de la posibilidad de que, acogiéndose a la nueva normativa impulsada por el equipo de Irene Montero, los condenados por agresión y abuso sexual puedan solicitar la rebaja de sus penas tal y como ahora se está comprobando. «Esta ley no supone más protección efectiva para las mujeres y sí supone una rebaja de las penas para los agresores sexuales», avisa. La ínclita Pam hizo oídos sordos. Primera gran mentira.
Segunda mentira
“Ni un solo informe de los órganos consultivos” insiste Pam. El 19 de noviembre, Vozpópuli publica que el Gobierno sacaba adelante la polémica ley del ‘sí es sí’ sin estudiar el borrador que el principal órgano asesor del Ministerio de Justicia elaboró durante meses de cara a una posible reforma de los delitos sexuales. Una treintena de juristas de reconocido prestigio trabajaron en el marco de la Comisión General de Codificación para plasmar su criterio sobre este asunto. Pese a los meses de trabajo y a que se llegaron a elaborar varios borradores, finalmente el Ejecutivo desoyó su propuesta.
5 de febrero de 2021. Hace casi dos años, el CGPJ en su informe sobre la ley del «solo sí es sí», cuestiona varios de los ejes del proyecto, desde la definición del consentimiento de la víctima, a que “se considere agresión sexual lo que ahora es un abuso”. El informe lo redactan tres vocales y avisan: eliminar el delito de abuso sexual puede perjudicar a la víctima, al no castigar con mayor pena a quienes cometan actos más graves. Pam miente por segunda vez.
Tercera mentira
“Ni un solo Ministerio” insiste Pam como tercera mentira. Lo dice cuando este lunes la propia Carmen Calvo, en abierta discusión en la SER con el entonces vicepresidente del Gobierno y hoy tertuliano, profesor y pareja de la ministra Irene Montero, Pablo Iglesias, asegura vehementemente que ella, entonces vicepresidenta, y el por aquellos días ministro de Justicia Juan Carlos Campo hicieron “objeciones clarísimas” a la ley de Igualdad. “Se respetó a la ministra cuando dijo ‘Mi ley es ésta’.
Calvo respondía a la retórica de Iglesias, que aseguraba ufano que ninguno de los tres magistrados presentes en el Gobierno habían planteado objeciones y “ninguno de esos tres magistrados es cretino ni Pedro Sánchez, que defendió la ley, es cretino”. Calvo saltó en defensa de su exjefe y sus excompañeros para desmentir a Iglesias. No seré yo quien desmienta lo del cretinismo.
Cuarta mentira
“Ni un solo medio de comunicación adivinó que esta (la rebaja de penas) era una posibilidad”. Otro embuste de la secretaria de Estado de Montero. Se cae por su propio peso con todos los ejemplos en la hemeroteca.
Solo uno: el 7 de julio de 2021, la magistrada Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, tiene que salir en la agencia EFE a negar lo que era un clamor en los medios: que la aprobación de la ley de libertad sexual vaya a suponer una revisión de las condenas ya impuestas a los agresores sexuales. La primera mentira, entonces, de Rosell y la cuarta de Pam.
Y así, entre mentiras y cretinos, se cambia por fin la ley, nadie dimite en Igualdad, Sánchez y Bolaños pretenden salir limpios de cualquier responsabilidad en un engendro al que dieron todas las facilidades, defendieron y votaron con disciplina militar, y ya son casi cuatrocientas las víctimas que han visto a sus abusadores o violadores beneficiarse.