Del Blog de Santiago González

Benjamin Franklin decía que nada hay seguro en esta vida salvo la muerte y los impuestos. En la España de Sánchez y el coronavirus seguiría manteniendo ambas como seguridades básicas, pero añadiría una tercera, que es, casi, lo más agotador del estado de alarma: la impepinable chapa que los sábados nos casca el doctor Fraude’.

Nunca responde a las preguntas que se le formulan, ya sean estas el horario de trabajo y el sueldo de su mujer en el Instituto de Empresa o el coste de los viajes del Falcon presidencial y la identidad de los usuarios, que le fueron reclamadas hasta en tres ocasiones por el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, sin que diera respuesta en ninguna de ellas.

A veces no responde y cuando lo hace, miente. Se negó a aclarar a Nuria Val la identidad de los responsables de la gestión sanitaria, que la Ley General de Salud Pública y la Ley de Transparencia obligan a revelar: “El ministro de Sanidad y el doctor Simón han dado cumplida respuesta a la pregunta que usted me hacía”,  respondió por toda explicación.

La periodista de CNN acudió con el morral cargado y volvió a sacar el supuesto informe de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, que colocaba a España como quinto país del mundo en número de test realizados En CNN hemos llamado a la Johns Hopskins y nos lo han negado. ¿Podrían publicar ese ranking? nuestros emails al Ministerio de Sanidad han quedado sin responder. “Los datos están ahí”, respondió, sin aclarar qué datos ni dónde. “Le doy los datos para que los tenga”. Y volvió otra vez la burra al trigo y su persona a sumar los test, con truco que otros gobiernos descartan. Sumó otra vez los test PCR, 1.625.611, con los test de anticuerpos, 842.550. El total de pruebas PCR y anticuerpos suma 2.467.761. Se lo repito: 2.467.761. Somos de los países que más test estamos realizando”.

“La pregunta se responde con el informe que elaboró el instituto Carlos III”, respondió al periodista Fernando Escudero, que preguntó si el ratio de muertes por habitante sería menor de haber tomado medidas a primeros de marzo y no a mediados. “Eso ya se lo he respondido a un compañero suyo”, dijo al de la Agencia Catalana de Noticias. “He sido claro: nunca hemos querido politizar esta emergencia sanitaria”.

Estuvo fantástico al decir que el mercado de Trabajo “adolece todavía de algunas mejoras”. ¿Cómo extrañarse de que para gobernar esos pactos de La Moncloa que le ha inventado Iván Redondo haya puesto en la Presidencia a Patxi López? Su nombramiento ha aflorado en Twitter una entrevista en la SER apenas llegado a lehendakari: “¿Usted conoce el principio de Arquímedes?” López, sin inmutarse, respondió: “depende de cual de ellos”. Arquímedes tenía un principio, pero por si acaso no gustaba, debía de tener otros. Por si la Física no bastara, Pablo Iglesias ha colocado de vicepresidente a un detritus de su grupo: Enrique Santiago, un comunista fetén, admirador de Maduro, intermediario de las FARC en La Habana y tipo que llegado el caso y en situación revolucionaria, estaría dispuesto a ir a la Zarzuela para hacer con la Familia Real lo mismo que Lenin con los Romanov. La reconstrucción económica y social depende de esta chusma. Gracias, Pedro Sánchez.