ABC 26/10/15
· Si no donabas a la fundación de CDC «te vetaban en los concursos públicos»
· Más de un millón al año La fundación CatDem ha recibido siete millones de euros entre 2008 y 2013 de empresas contratistas
«Las donaciones a la fundación de Convergència no son el pago de comisiones a cambio de un contrato. Estáis equivocados. Esto es como una partida de póquer: ¿qué tienes que hacer si quieres cartas? Poner dinero en la mesa. Eso es la donación a las fundaciones: la cuota por acceder al sistema de contratación pública, para estar en la parrilla de salida». Así describe el «sistema» un directivo de una importante constructora catalana.
Según su relato de los hechos, la fundación CatDem y, en menor medida, la fundación Fòrum –ambas controladas por Convergència–, eran la entrada, el primer paso para conseguir contratos públicos. «Hacíamos las donaciones de forma sistemática, cada año. Esto te supone estar en el mercado, porque en las administraciones controladas por Convergència, incluidos los ayuntamientos, tienen la información, las listas de donantes. Eres libre de presentarte a la licitación sin haber donado a las fundaciones, pero luego veías que te habían puntuado mal y no ganabas el concurso».
Este directivo asegura que desde la fundación «tenían capacidad para vetarte». Los empresarios consultados defienden que esos pagos a CatDem son «perfectamente legales», aunque si se acredita que el fin de la donación es conseguir algún tipo de contrapartida, aunque solo fuera que te tengan en cuenta como posible contratista, podrían ser constitutivos de delito. Para dificultar la relación causa-efecto, ciertas empresas calculaban con detenimiento el importe de la donación para que en ningún caso supusiera el famoso tres por ciento de algún contrato recibido. Por otro lado, añaden que no sólo donaban a CatDem, sino a las fundaciones «de todos los partidos, del PP, de los socialistas, de Esquerra, todas».
Esa «generosidad» coloca a la empresa en la citada parrilla de salida de la contratación en administraciones controladas por Convergència, pero no garantiza que vaya a ganar la carrera, conseguir el contrato. Cuando se adjudicaban los obras habría que pagar el famoso tres por ciento o cantidades similares.
En cuanto al hecho de que no todos los grandes contratistas son donantes de CatDem, este empresario alerta: «Esos son los peores, porque en lugar de hacer donaciones legales habrán pagado de otros modos para colocarse en la lista».
Listado «VIP»
Tal y como reveló ABC, los agentes de la Guardia Civil encontraron en el registro del despacho del tesorero de CDC, Andreu Viloca, el pasado agosto, un listado «VIP» de más de una veintena de empresas que son las que suelen beneficiarse de las adjudicaciones públicas.
La sospecha es que ese es el «fichero de las mordidas» porque esas empresas –la mayoría constructoras y firmas de servicios– son a su vez donantes de fondos a la fundación Catdem que acaban en el partido, informan C. Morcillo y P. Muñoz.
La fundación CatDem ingresó entre 2008 y 2013 un total de 7.081.000 euros en donaciones, de las que el 98 por cien, casi siete millones de euros correspondieron a empresas que se dedican a las obras y servicios públicos.
Estas sociedades entregan los donativos a la fundación porque no pueden hacerlo al partido, ya que es ilegal al tratarse de contratistas públicos. Pero, como destapó ABC citando información del Tribunal de Cuentas en julio de 2013, una buena parte de las donaciones ingresadas en la fundación terminaban en el partido de forma irregular.
En el intervalo de tiempo citado, 2008–2013, Convergència Democrática de Catalunya recibió de CatDem (denominada Fundación Catalanista y Demócrata Trias Fargas hasta el estallido del escándalo del Palau de la Música) y Fòrum más de cinco millones de euros mediante «notas de cargo por servicios sin justificar», según denunció el Tribunal de Cuentas en sucesivos informes.
Estas donaciones han supuesto entre un 50 y un 70 por ciento de los presupuestos totales de CatDem, que oscilan en los últimos seis años entre dos y 1,1 millones de euros por ejercicio. El resto son, principalmente, subvenciones públicas.