EL IMPARCIAL, 11/12/11
A pocos días de que Mariano Rajoy sea investido como nuevo presidente de España, los diferentes partidos nacionalistas y regionalistas ultiman sus peticiones y exigencias al nuevo Ejecutivo. Aunque la mayoría absoluta lograda por el PP le permite gobernar al margen del resto de partidos, el consenso necesario para implementar la política presupuestaria o la fiscal, entre otras, favorece que algunos partidos estén ultimando su lista de reclamaciones.
La aplastante victoria electoral de Mariano Rajoy y del Partido Popular el pasado 20 de noviembre no sólo ha tenido como consecuencia inmediata la salida de los socialistas de La Moncloa, sino también la mayoría absoluta más holgada en la historia de la democracia de nuestro país. Los 186 diputados con los que se hizo el PP, 76 más que el PSOE, le permiten afrontar con comodidad la primera legislatura de Rajoy al frente del Gobierno de España.
Pero la holgura parlamentaria también tiene otra lectura: el PP, a diferencia de otras etapas, no necesita pactar con los partidos minoritarios para sacar adelante sus iniciativas legislativas. De este modo, Mariano Rajoy y su futuro equipo de Gobierno tienen las manos libres para hacer, en palabras del ex presidente José María Aznar, «lo que sea necesario» para sacar a España de la crisis.
Sin embargo, y a pesar de lo que podría deducirse de la mayoría absoluta popular, los diversos partidos nacionalistas y regionalistas representados en el arco parlamentario ultiman sus listas de peticiones, de recomendaciones e incluso de exigencias que trasladarán al Ejecutivo durante la preceptiva ronda de contactos, sabedores de que el PP buscará el mayor consenso político posible para afrontar la complicada recuperación.
Nuevo pacto fiscal y respeto al catalán
El grupo nacionalista que obtuvo mejores resultados el pasado 20 de noviembre fue Convergencia i Unión(CiU). La formación liderada por Josep Antoni Durán i Lleida logró hacerse con 16 escaños gracias al millón de votos obtenidos. Tras desbancar al PSC como principal fuerza política en Cataluña, CiU, que ya pactó con José María Aznar en varias ocasiones, ha elaborado un decálogo de exigencias que ha trasladado al nuevo Ejecutivo para que este pueda contar con su apoyo, un respaldo de vital importancia de cara al electorado catalán.
Apenas 48 horas después de cerrarse las urnas y confirmarse la victoria del PP, Durán i Lleida comparecía ante los medios de comunicación para señalar que «si Rajoy es beligerante con la lengua o el pacto fiscal, hemos de votar que no», en referencia al hipotético respaldo de CiU a la investidura del presidente electo como nuevo jefe del Gobierno.
Y es que, aunque los catalanes no han supeditado su apoyo al papel de los populares en Cataluña, sí han dejado claro que el visto bueno a las políticas del futuro Ejecutivo pasa por que su voz se tenga en cuenta en un Congreso mayoritario, un nuevo pacto fiscal que intente paliar el déficit autonómico, respetar la inmersión lingüística, considerar prioritario el eje ferroviario mediterráneo o la gestión por parte de la Generalidad de los aeropuertos catalanes.
En esta misma línea se posiciona Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). La formación nacionalista, con tres diputados en su haber, ya ha señalado que se muestra receptiva a entablar «un diálogo constructivo con el Gobierno español», aunque las negociaciones pasan, en palabras del cabeza de lista de ERC por Barcelona, Alfred Bosch, «porque se respete la voz de Cataluña en el Congreso, se retome el diálogo sobre un nuevo pacto fiscal y se priorice el corredor del Mediterráneo».
PNV, a la espera; BNG, luchador
Por su parte, fuentes del PNV consultadas por EL IMPARCIAL esta misma semana se han negado a señalar la hoja de ruta por la que pasarían, a su juicio, las relaciones bilaterales con el Gobierno. Por lo pronto, Josu Erkoreka espera que Rajoy sea «más diplomático y abierto que Aznar», toda vez que el PNV será la única formación vasca con la que dialogue el PP, que ha reiterado en numerosas ocasiones que no hará lo propio con Amaiur.
De este modo, el partido encabezado por Erkoreka señala a este periódico que esperará a que llegue su turno en la ronda de contactos para posicionarse y elaborar su lista de peticiones al Ejecutivo para que éste cuente con su apoyo en la Cámara Baja.
La cuarta gran fuerza política regional con la que entablará relaciones el nuevo equipo de Gobierno, aunque no contará con grupo propio, será el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que logró dos escaños en el Congreso aupados en sus más de 180.000 votos. Sabedores de la pérdida de peso que padecerán durante la nueva legislatura, que se verá acrecentada por la presidencia de Alberto Núñez Feijóo en el Gobierno autonómico, la formación gallega, en boca de Francisco Jorquera, su cabeza de lista al Congreso, promete «luchar por los intereses de los gallegos», que la salida a la crisis se gestione «desde lo social» e intentar paliar el paro en Galicia, que crece por encima de la media nacional.
Además, los regionalistas del BNG solicitarán a Rajoy que la inversión pública en infraestructuras «supere el 8 por ciento» y un respaldo firme a los sectores estratégicos gallegos, como el de la construcción naval, el de la pesca o el de las explotaciones ganaderas.
El estatuto canario y la inversión asturiana
Por último, y también incrustados en el grupo mixto, Coalición Canaria (CC) y Foro de Asturias (FAC) harán valer su tradicional sintonía con los populares para hacer llegar sus peticiones al nuevo Gobierno.
Ana Oramas, portavoz de CC en el Congreso y uno de los dos diputados de la formación insular en la Cámara, apunta en declaraciones a este periódico que su partido exigirá «la redacción de un nuevo régimen económico y fiscal para el archipiélago, ya que el actual concluye en 2013, que se tenga en cuenta los intereses de la región en las negociaciones de la Política Agraria Común europea, la redacción de un nuevo estatuto de autonomía que el PP ya ha apoyado pero que el PSOE rehusó firmar, la reducción del paro insular, que se sitúa en el 30 por ciento, y una mayor inversión pública por parte de la Administración».
Por su parte, Enrique Sostres, primer congresista de FAC, señala en conversación con EL IMPARCIAL que su partido «ayudará a normalizar la gobernabilidad del Estado siempre y cuando la voz de Asturias se escuche por primera vez en los organismos estatales desde un grupo regional con vocación de servicio a nuestra tierra y a España».
Según Sostres, FAC velará por los intereses de los asturianos, «que están a la cola de España en inversión, en crecimiento poblacional, en la tasa de actividad y en infraestructuras, siendo muchas de principios del siglo pasado». El diputado asturiano trasladará a Rajoy la intención de su grupo de «regenerar Asturias y modernizar la región mediante la inversión pública, ya que no queremos ser más que nadie, pero tampoco menos».
EL IMPARCIAL, 11/12/11