EL MUNDO – 10/02/16
· Se han formado gestoras tras las dimisiones en Cataluña, Galicia, País Vasco y Cantabria.
No ha pasado ni siquiera un año desde que Podemos eligiera sus direcciones regionales y las crisis territoriales se le amontonan. Las disputas entre las autonomías y Pablo Iglesias por diferentes imposiciones han provocado que el partido tenga actualmente gestoras en cuatro comunidades autónomas –Cataluña, Galicia, País Vasco y Cantabria– y una quinta por fraude electoral en las primarias –La Rioja–. Es un número muy llamativo e inusual en el panorama político actual y que da cuenta de los sucesivos problemas y crisis internas que se han derivado por una catarata de dimisiones de los últimos meses a esta parte por fuertes discrepancias con la dirección nacional.
No hay comparación con otra fuerza política. Por ejemplo, Ciudadanos –el otro partido que ha tenido que hacer un esfuerzo considerable por implantarse en muy poco tiempo por todo el país– no tiene ninguna gestora autonómica ni provincial.
La fractura interna tiene especial relevancia en Galicia y el País Vasco, dos territorios que se estima que en otoño afrontarán sendas convocatorias electorales. Y dos territorios que, asimismo, Podemos siempre enmarca en el debate de la «plurinacionalidad» y de la defensa de su «derecho a decidir». No obstante, ambas regiones se han estrellado en los últimos meses, precisamente con su escasa capacidad de decisión en la estrategia o en las cuestiones internas.
El caso gallego ha sido de los últimos en estallar. El secretario general de Podemos Galicia, Breogán Riobóo, puso en cuestión la estrategia de repetir la coalición de En Marea para las elecciones regionales y fue rotundamente desautorizado por Pablo Iglesias, quien impone de nuevo esa fórmula. De hecho, ayer mismo volvió a subrayar lo «cómodo» que se siente Podemos en esa alianza con los nacionalistas de Xosé Manuel Beiras. Esta falta de autonomía y debate político derivó en una cascada de dimisiones de todos los órganos de Galicia y provocó el nombramiento de una gestora, que ha sido aprobada esta semana por Madrid.
En el País Vasco, la crisis acabó con su líder, Roberto Uriarte, y gran parte de la dirección fuera de Podemos unas cuantas semanas antes de las elecciones generales por el rechazo que provocaron los nombramientos a dedo de las listas vascas al 20-D. La mínima autonomía de Podemos Euskadi para elegir a sus candidatos hizo que la campaña electoral estuviera dirigida por una gestora. Con todo, lejos de encontrarse con una penalización de los votantes vascos, Podemos obtuvo un resultado extraordinario en la comunidad, siendo la segunda fuerza en votos para sorpresa de los propios dirigentes estatales.
Ahora, la dirección nacional de Podemos ha convocado un proceso de primarias para elegir nueva dirección. Éste se desarrollará en las próximas semanas y culminará con una votación entre el 3 y 6 de marzo. Los resultados que alumbrarán al nuevo barón se conocerán el 8 de marzo.
Tanto el vasco Uriarte como el gallego Riobóo fueron las preferencias de Iglesias hace apenas un año en las primarias internas. Con uno fuera y el otro desautorizado, todo indica que ninguno lo intentará.
La otra crisis reciente está en Cantabria, donde su secretario general, José Ramón Blanco, ha pedido a Madrid disolver la dirección –es una de sus potestades– y nombrar una gestora con el objetivo de abrir próximamente un proceso de primarias.
El dirigente oficialista se encuentra muy desgastado y asediado por las continuas disputas con el sector crítico y por personas afines al ex líder del partido en Santander Juan Brun, cuya corriente ya estuvo a punto de hacerse con el control de la ejecutiva regional en primarias. Esta crisis se enmarca más en una petición de ayuda para mantener el liderazgo, ya que la sintonía de Blanco con el equipo de Madrid es óptima.
Mientras Galicia, País Vasco y Cantabria representan los últimos quebraderos de cabeza de Iglesias, la crisis interna en Cataluña tiene la peculiaridad de ser la primera. Para ello hay que retroceder al 27 de septiembre de 2015. Las elecciones catalanas dejaron un resultado desolador para la coalición Catalunya Sí que es Pot, participada por Podemos. La secretaria general catalana, Gemma Ubasart, dimitió semanas después por culpa de los malos resultados pero, sobre todo, por su profundo desacuerdo con el excesivo protagonismo jugado por Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en la campaña. Por el tutelaje de Madrid.
Su abrupta salida en octubre llevó a Podem Catalunya a nombrar una gestora, que fue la que posteriormente pilotó las conversaciones con Ada Colau de cara a las generales. Además, Ubasart se marchó de la dirección nacional de Podemos, donde desempeñaba el importante y estratégico puesto de secretaria de Plurinacionalidad.
A pesar del tiempo transcurrido, la situación aquí está lejos de resolverse. Es la crisis más compleja. Por eso, la voluntad es aguardar a lo que suceda en el Gobierno de España para fijar una fecha de las primarias.
El partido está reflexionando ya sobre cuál es su futuro ahora que Ada Colau plantea crear una nueva formación. El plan de Podemos es elegir primero a los dirigentes catalanes y después abrir el debate de si mantiene las siglas o se integra como una fuerza más en dicho partido.
En cuanto a La Rioja, Podemos carece de dirección porque ésta fue suspendida por cometer fraude en las primarias. Ahora se han convocado unas nuevas para marzo.
EL MUNDO – 10/02/16