Las protestas en la calle contra los recortes sanitarios del Gobierno andaluz, las conocidas como mareas blancas, abren una brecha en el hasta ahora apoyo incondicional de Ciudadanos a la presidenta andaluza, la socialista Susana Díaz.
Por primera vez, Ciudadanos, la formación que lidera Albert Rivera y que mantiene un pacto de investidura con Susana Díaz en Andalucía, lanzó un ultimátum a la Junta y trató de marcar distancias con el PSOE. Lo hace después de que miles de ciudadanos se hayan manifestado varias veces en cinco capitales andaluzas contra los recortes y las fusiones hospitalarias impuestas por el Gobierno andaluz.
La diputada y portavoz de C’s en Salud en Andalucía, Isabel Albás, advirtió ayer al Ejecutivo andaluz de que exigirá dimisiones si no pone en marcha medidas en un tiempo razonable que «devuelvan» la normalidad a las sanidad andaluza.
Si el Gobierno de Díaz no atiende las propuestas que le hará llegar la formación naranja en el próximo Pleno del Parlamento andaluz, «procedentes de los profesionales y colectivos sanitarios», Ciudadanos, que encabeza en Andalucía Juan Marín, pedirá dimisiones.
El ultimátum a Susana Díaz se produce tan sólo cinco días después de que la formación naranja se aliara con el PSOE en el Parlamento andaluz y librara a la presidenta de un incómodo Pleno extraordinario sobre la caótica situación de la sanidad pública.
ALIADOS DEL PSOE
El pasado 25 de enero, los responsables de C’s y PSOE sumaron sus votos en la Diputación Permanente de la Cámara andaluza para vetar la celebración de un Pleno extraordinario para discutir la situación de la sanidad en plena ola descontento por la política de recortes y fusiones hospitalarias.
La iniciativa conjunta de Podemos e IU contó con los votos de los parlamentarios del PP en el órgano de control de la Cámara durante el periodo inhábil de sesiones, pero no fueron suficientes para que la propuesta saliera adelante.
Tras sufrir críticas por alinearse con el PSOE, dar la espalda a las protestas ciudadanas e impedir el debate en el Pleno, C’s respondió: «A nosotros no nos marca el paso ni el PP unido a Podemos, ni el PSOE, sino los andaluces», alegó la diputada Albás, quien admitió que la situación de la sanidad andaluza es «francamente preocupante desde que comenzaron los recortes».
A las mareas blancas se unen varios informes conocidos en los últimos días, que revelan que la «joya de la corona», como definió Susana Díaz a la sanidad, es la cenicienta del gasto público. Un estudio sobre el nivel de ejecución de los presupuestos indica que de los 98,1 millones que la Junta presupuestó en 2016 para invertir en el sistema sanitario público, se han gastado apenas 27 millones. O, lo que es lo mismo, el 72,5% del dinero reservado para la sanidad se ha quedado en un cajón. O sea, que la inversión es de tan sólo 3,2 euros por andaluz.
Susana Díaz, que negó la existencia en Andalucía de la mareas blancas tan sólo unos días antes de que el médico de urgencias Jesús Candel, más conocido como Spiriman, movilizara a más de 40.000 personas en Granada, se encuentra en una situación delicada. La sanidad pública de la que ha hecho bandera se resquebraja y su leal socio amaga con pedirle dimisiones.
Mientras, C’s marca distancias y trata de rentabilizar su acuerdo con el PSOE para los presupuestos. «Hemos aumentando recursos para sanidad en casi 950 millones de euros, un 10,76% más en dos años», remarcó la diputada Albás.