Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
Hace tiempo, desde que empezó la campaña de las elecciones municipales y regionales, que los consejos de ministros se han convertido en algo tan parecido a los mítines electorales que solo un experto puede diferenciarlos. Así que el de ayer, cerca ya de la gran final, no podía escapar a la norma y se convirtió en un catálogo de concesiones de nuevas mercedes y de prórroga de casi todas las ya concedidas anteriormente, cuyo plazo de finalización estaba al alcance de la mano. La lista es muy larga y contiene temas famosos como el IVA de los alimentos, que se prorroga; la bonificación de los abonos de transporte, que se extiende; el tope a los precios de la bombona de gas, que se congela; la bonificación del combustible para los transportistas, que se trocea, etc.
Y luego se incluyen otros nuevos, no vaya a ser que los ciudadanos olviden otra vez las mercedes concedidas e insistan en votar lo que no deben y a quien no se lo deben (literal). Ahí tenemos mercedes variopintas, como la nueva línea de avales ICO para la compra de vivienda por parte de los jóvenes o la deducción del 15% en el IRPF en la compra de vehículos eléctricos. En esto se produce una contradicción interesante entre los afanes medioambientales y el carácter redistributivo del impuestos sobre la renta. Si se fija en los precios de esos vehículos comprobará que con esta medida se produce una auténtica y sorprendente transferencia de rentas, desde las más bajas en favor de las más altas, que son las que acceden mayoritariamente a este tipo de vehículos.
¿Cuánto nos ha costado el Consejo de Ministros de ayer? Pues entre prórrogas y nuevas mercedes se esparcieron varios miles de millones. No está nada mal para una sola sesión, y haga el favor de no ser mal pensado, que esto no tiene nada que ver con la propaganda electoral propia del momento que vivimos. Y todo ello coincide con la paga doble de junio de las pensiones en la que hemos invertido 23.692 millones. ¿Será por dinero?
A pesar de tanta generosidad, el asunto ha abierto una nueva brecha entre los tres partidos del Gobierno, ya que los dos situados más a la izquierda de la izquierda (nada de extrema izquierda, que extremo solo es Vox) no ven con buenos ojos la eliminación de la prórroga automática de los alquileres, a lo que Calviño opone las previsiones de la nueva ley y el mantenimiento de la suspensión de los desahucios en viviendas habituales de personas vulnerables. ¡Que siga la fiesta!