Las ocho ‘plagas’ que sufriría la economía de Cataluña ante una eventual independencia

EL ECONOMISTA 29/09/14

· El proceso soberanista emprendido por el presidente catalán, Atur Mas, está rodeado de incertidumbre y especulaciones. Las consecuencias de una hipotética Cataluña independiente presentan numerosas preguntas y están generando un clima de inseguridad y desconfianza entre los inversores y empresarios.

Una de las principales preocupaciones es la salida de Cataluña de la Unión Europea, como ya han advertido las instituciones europeas. Además, el coste inicial de una independencia unilateral de Cataluña sería de unos 4.500 millones de euros al mes, según reconocen los propios asesores de la Generalitat, el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN).

1.- Deuda inasumible
Cataluña fue en 2013 la comunidad autónoma más endeudada de España en términos absolutos, con una deuda de 57.681 millones de euros, que representa cerca del 30% del PIB catalán. Al final del segundo trimestre de 2014, esta cifra aumentó hasta los 62.000 millones.

En caso de independencia, a esta cifra habría que sumarle unos 188.000 millones, que se corresponde con el 18,8% del billón de euros de la deuda española, el mismo porcentaje que Cataluña pesa en el PIB español. Sólo pasa asumir los intereses de la nueva deuda, el CATN calcula un coste adicional de 2.397 millones que deberían sumarse a los 2.077 millones que la Generalitat deberá abonar en concepto de intereses y de las amortizaciones de la deuda a lo largo del 2014.

2.- Fuera del euro
Según el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico Universidad Autónoma de Barcelona, Clemente Polo, «si Cataluña se independizara, quedaría fuera de la Unión Europea», un argumento que también sostiene la Comisión Europea (CE).

Sin embargo, el Consejo Asesor para la Transición Nacional defiende que una hipotética Cataluña mantenga el euro como moneda aunque quedase fuera de la UE, algo que resultaría improbable, ya que ni el nuevo Estado ni las entidades financieras con sede en él, podrían acudir al Banco Central Europeo.

3.- Recorte de pensiones
Con 1,6 millones de jubilados catalanes, CiU ha prometido un aumento de sus pensiones en una futura Cataluña independiente. Sin embargo, difícilmente se podrá cumplir, teniendo en cuenta que en 2010 Cataluña recaudó 24.318 millones para la Seguridad Social (SS) y el Estado le transfirió 27.107 millones, lo que significa que la comunidad catalana recibió más dinero del que los catalanes aportaron a la Seguridad Social.

Según las cifras de déficit de la Seguridad Social, las pensiones de los jubilados caerían más de un 5% si fueran sufragadas por las cotizaciones de los afiliados catalanes. La pensión media de un catalán bajaría 50 euros al mes, que supondría 700 euros menos al año.

El consejero catalán de Empresa y Empleo, Felip Puig, ya anunció que la Generalitat está trabajando en un plan para crear una tesorería de la Seguridad Social catalana con el objetivo de garantizar el pago de las pensiones y las prestaciones de desempleo.

4.- Un 5% menos de PIB
La economía catalana representa el 18,8% del PIB español (192.545 millones de euros del billón de euros del conjunto de la economía española). La ruptura comercial entre las dos economías podría llegar a suponer una pérdida del 5,7% en el PIB catalán y en el caso español podría retroceder hasta un 1,4%.

Este es uno de los posibles escenarios que plantea la Cámara de Comercio de Barcelona si se producen descensos comerciales entre las dos economías del orden del 50 por ciento.

5.- Superávit comercial
La economía de Cataluña depende en gran medida de las ventas que realizan sus empresas en el resto de España. En 2013, las empresas catalanas vendieron bienes y servicios al resto del país por valor de 44.000 millones de euros, mientras las compras en otras comunidades fueron inferiores a los 25.500 millones de euros, que se traduce en un superávit comercial con España de 18.500 millones de euros.

Según el mismo informe de la Cámara de Comercio, el superávit comercial de Cataluña se reduciría del 10,7% al cinco por ciento al cinco por ciento. Por su parte, la economía española, que ahora cuenta con un superávit comercial del 0,4%, pasaría a tener un déficit del uni por ciento debido a que no podría contabilizar las exportaciones catalanas. El año pasado, Cataluña vendió al exterior bienes por valor de 58.359 millones.

6.- Traslado de bancos
Las entidades bancarias radicadas en la r egión, principalmente CaixaBank y el Sabadell, tendrían que trasladar sus sedes a otra autonomía o país. Madrid parece la opción más razonable.

Esta posibilidad ya ha sido explicada a los inversores por parte de ambos grupos. Los bancos escoceses amenazaron situar su sede en Londres antes de que se celebrara el referéndum de independencia este mes de septiembre. ¿Cuál es la razón? Puramente operativa. En el caso de los catalanes no tendrían capacidad para acudir a la financiación del Banco Central Europeo (BCE), una de las palancas fundamentales del organismo emisor durante la crisis para proporcionar liquidez al sistema.

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde indicó hace meses que «no hay ninguna posibilidad de que, de modo sistemático e importante, la banca de un territorio que no es miembro de la UE se financie en el BCE». Ni siquiera, matizó, a través de filiales ubicadas en países de la zona euro. En la última subasta extraordinaria, CaixaBank pidió 3.000 millones al ente comunitario.

7.- Fuga de empresas
Las empresas más afectadas de una supuesta Cataluña independiente serían las grandes compañías, que son las que mantienen más intereses con el resto de España. El presidente del grupo Planeta, José Manuel Lara, fue uno de los primeros que cargó contra el proceso secesionista. Lara ha manifestado que si Cataluña se independiza de España, trasladaría sus empresas fuera de Cataluña.

La pertenencia a Europa es muy importante y posiblemente una línea roja para los inversores internacionales. Algunas empresas están apostando por concentrar su actividad en la capital española, como es el caso de Dia, que ya el año pasado trasladó a Madrid el domicilio social de la filial española de la cadena de droguerías Schlecker.

Una de las deslocalizaciones más sonadas fue la del gigante Procter&Gamble, que anunció el traslado de su sede catalana de Arbora y Ausonia, ubicada en Barcelona, a Madrid. Recientemente, Mondelez International (propietario de marcas como Milka, Oreo o Halls ) ha anunciado su decisión de concentrar en Madrid sus oficinas centrales para España, tras cerrar las de Barcelona. La compañía matriz de Naturhouse, la cadena de establecimientos especializados en dietética, también ha trasladado su sede social desde Barcelona a Madrid.

Volkswagen está estudiando diversas opciones de reorganización de sus sociedades en España y está analizando cual es la estructura societaria más ventajosa. Por otro lado, Agbar también ha reforzado su presencia en Madrid. El sector del cava también se está viendo afectado por la puesta en marcha del plan soberanista de Mas.

El presidente de Freixenet, Josep Lluis Bonet, ha admitido que está sufriendo no sólo un boicot en España, sino también en Cataluña por el hecho de haberse posicionado de una forma clara y contundente en contra de la independencia. La compañía paralizó en 2013 la construcción de un nuevo centro logístico que quería ubicar en territorio catalán.

8.- Inversión extranjera
La inversión extranjera en Cataluña ha caído un 66% en el segundo trimestre de 2014 respecto al mismo periodo de 2013, pasando de 787 millones en 2013 a 267 millones en el actual ejercicio. Así se desprende del informe Desplome de la inversión extranjera en Cataluña en 2014 elaborado por Convivencia Cívica Catalana, que indica que de abril a junio se ha registrado un mínimo histórico desde el año 1993.