ABC 18/02/14
· El presidente autonómico fracasa tras reclamar a los empresarios que se impliquen en el desafío independentista.
· Joaquim Gay de Montellà / PRES. DE FOMENTO DEL TRABAJO «Los empresarios queremos generar riqueza y ocupación (…) y los políticos no tienen que generar incertidumbre»
· Juan Rosell / PRESIDENTE DE LA CEOE «En Cataluña hay un problema económico, social y político que no se puede pudrir (…) La empresa no está para firmar pactos políticos»
Ni asentimiento tácito ni mucho menos participación activa. Los empresarios en Cataluña se desmarcan con rotundidad de la oleada independentista desencadenada por CiU y ERC. En el punto de mira como uno de los sectores determinantes para afianzar o hacer descarrilar el llamado «proceso soberanista», el empresariado asiste hasta cierto punto atónito a la demanda para que se posicione, algo que en buena forma le incomoda, más aún cuando la petición se hace con tono imperativo y de manera unidireccional.
Con esta sensación, tanto el presidente de la CEOE, el catalán Juan Rosell, como el máximo dirigente de la histórica patronal Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, dieron ayer de nuevo con la puerta en las narices a Artur Mas, que busca infructuosamente aliados de peso para su proyecto rupturista. Si hasta hace unos meses el presidente catalán se daba por satisfecho con que los empresarios se mantuviesen neutrales —«no poner palos en las ruedas al proceso», les rogó en la última campaña—, a medida que la postura de estos se ha hecho más crítica, Mas se ha revuelto contra ellos exigiendo compromiso.
Así, la semana pasada, y después de que notables como Isidro Fainé (Caixabank), Josep Oliu (Banco Sabadell) o un grupo de empresarios europeos se desmarcase del proceso con rotundidad, el presidente de la Generalitat les reclamaba precisamente lo contrario en un acto público. Si en la misma reunión ya Oliu le dijo que ni hablar, ayer la negativa partió de las organizaciones patronales.
«Un problema en Cataluña»
Rosell y Gay de Montellà fueron claros. La misión de los empresarios es generar «empleo y riqueza», pueden ayudar a fomentar el «diálogo» entre el Gobierno y la Generalitat, pero en ningún caso están para firmar ningún «pacto político», señaló Rosell. En la misma línea se expresó Gay de Montellà, que ya en su momento apartó a Fomento del Trabajo del llamado Pacto Nacional por el Derecho a Decidir promovido por Mas, en el que sí se involucraron las patronales de la pequeña y la mediana empresa. La demanda de Gay de Montellà a los políticos fue clara: «Pedimos estabilidad para que no haya incertidumbres y que todo el mundo se sienta cómodo»
En este escenario, y en la línea con lo expresado por Fainé, Oliu, Bonet (Freixenet) o Lara (Planeta), los presidentes de la CEOE y de Fomento reclamaron a Mariano Rajoy y a Artur Mas que perseveren en el diálogo, convencidos de que en Cataluña hay «un problema social, económico y político que no se puede dejar pudrir», en palabras de Juan Rosell. El presidente de la CEOE, que negó que en la organización que preside exista división en cuanto a la manera de enfocar el soberanismo, está convencido de que parte de la situación actual surge por la incapacidad de Cataluña de explicar al resto de España, «con las cifras que haga falta», el «problema que existe». A su criterio, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán «agravó» el conflicto.
«Pacto fiscal»
En este contexto, la demanda del empresariado catalán es clara: nada de aventuras rupturistas, sí en cambio una apuesta clara por el «pacto fiscal», tal y como recordó de nuevo Gay de Montellà. «Necesitamos una fiscalidad más adecuada», insistió el presidente patronal, al frente de la reivindicación de lo que los empresarios catalanes entienden que es un déficit, por ejemplo, en inversión en infraestructuras. La distancia que separa la reclamación de una nueva financiación para Cataluña del discurso secesionista es la misma que separa ahora a los líderes económicos de una CiU que históricamente se arrogó ser el partido de los empresarios.
En este contexto, lo que sí queda claro es que si Mas insiste en transitar el camino soberanista, tendrá que hacerlo solo. Al respecto, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, le exigió que deje de «presionar a los empresarios», y reclamó «libertad» para que «la mayoría silenciosa rompa su silencio». «Los empresarios han empezado a salir a la palestra y a denunciar que el proceso de Mas es imposible y nos está llevando a todos al precipicio y al abismo», sustuvo la popular, que negó por contra, que el PP presione también a la empresa para que se posicione en sentido inverso. En el otro extremo, ERC apuntó que los empresarios evolucionarán hasta aceptar el proceso.
Sea como fuere, lo cierto es que, por ahora, la empresa catalana no acompaña a Mas en su aventura. Como parte de la sociedad, reclaman centrarse en dejar atrás la crisis.
ABC 18/02/14