Editorial, ABC, 16/8/12
ABC ha tenido acceso a conversaciones mantenidas por los presos de ETA con familiares o amigos a cuenta de la (supuesta) huelga de hambre emprendida por algunos miembros del colectivo de reclusos para forzar la excarcelación del terrorista Jesús María Uribetxebarria Bolinaga, el carcelero de Ortega Lara durante su cautiverio, aquejado de cáncer. Las conversaciones, que hoy reproducimos en páginas de España, son la prueba definitiva de que todo es una farsa escandalosa: el que no se apuntó a la huelga sin saber por qué, lo hizo a sabiendas de que sería muy breve. «La huelga va a durar muy poco, o lo sueltan o la palma», «yo creo que no tardarán mucho en sacarlo», «me han llamado y me han dicho que te pongas en huelga, ya te dirán que día debe ser». Estas frases desmontan la coartada oficial de los supuestos huelguistas y circunscriben su maniobra a tratar de sacar, vía victimismo, tajada política de cara a las elecciones autonómicas. Bolinaga y su enfermedad eran una excusa, artera e infame, para doblar el pulso al Gobierno, retorcer el brazo al Estado de Derecho y reírse de los españoles.
Editorial, ABC, 16/8/12