ABC 23/11/16
DAVID GISTAU
· Por favor, señora alcaldesa. Si vamos a descristianizar la Navidad, hagámoslo bien
SÉ que me estoy anticipando unas cuantas fechas a un fervorín que, por otra parte, es inevitable. Pero es que cada año me lo paso mejor con los intentos progresistas de desnaturalizar la Navidad mediante eufemismos que no renuncian a la fiesta pero anhelan dotarla de otro argumento. El adelanto de la programación municipal de Madrid no especifica si, este año, la cabalgata de los Reyes Magos la protagonizarán barbudos recién bajados de Sierra Maestra que emularán la entrada en La Habana, con Camilo Cienfuegos haciendo de rey Gaspar. Pero sí revela que se va a conceder una importancia especial al día 21, que no en vano corresponde a la etiqueta de Solsticio de Invierno que es la favorita para suplantar la de la Navidad en un mundo purgado de supersticiones. Lo más sencillo sería dejar a los católicos en paz con sus costumbres, pero eso equivaldría a renunciar a las intervenciones relacionadas con la ingeniería social de la que se pretende extraer al hombre nuevo de la distopía de Podemos. En ese sentido, llevo algún tiempo pensando que en el Ayuntamiento de Madrid debería existir una Concejalía de Desengaños Prematuros que enviara a los patios de los colegios a comisarios con la única misión de desengañar a los niños aún crédulos acerca de la verdadera naturaleza de los Reyes Magos y de las pocas ilusiones que deben hacerse respecto de la posibilidad de resucitar para la vida eterna.
Son conocidas mis querencias romanas. Bueno, son conocidas en mi casa, no creo que a ustedes les importe un comino. Lo digo porque, si de lo que se trata es de descristianizar la Navidad, el Ayuntamiento de Madrid ha perdido conmigo un asesor impagable. Bueno, pagable, eso siempre es a convenir. Advierto a la alcaldesa de que en ningún caso podría contar conmigo para alguna ocurrencia relacionada con la tradición druídica. Con Mitra ya podríamos llegar a algún tipo de acuerdo puesto que, a pesar de tratarse de una deidad persa, fue incorporada al sincretismo por las legiones y además tiene una acepción solar que nos conviene para dotar el solsticio de contenido.
Con todo, mi propuesta es que recuperemos la festividad del Sol Invicto. Que no en vano, sobre todo a partir de Constantino, es aquella sobre la cual se deposita la Navidad y que se celebraba precisamente el 25 de diciembre. Esto nos obligaría a arrancar el 17 con unas Saturnales que podrían causar molestias en la sensibilidad animalista de Podemos, porque requieren practicar sacrificios, para lo cual además habría que consagrar los Jerónimos a Saturno. El resto de las Saturnales no requiere grandes esfuerzos de adaptación cultural para los madrileños del siglo XXI, porque de ahí procede la costumbre de intercambiar regalos que perdura en nuestra Navidad, la tradición del banquete, así como las procesiones y los disfraces carnavalescos.
Por favor, señora alcaldesa. Si vamos a descristianizar la Navidad, hagámoslo bien. Llevo toda la vida esperando una excusa para usar toga.