«Es increíble que ustedes se dediquen a fomentar bulos y mentiras en las redes, en los plenos y en las juntas de portavoces», le dijo una indignadísima Adriana Lastra a Pablo Casado en el pleno de este jueves en el Congreso.
La intervención de la portavoz del PSOE indignó a la bancada del PP e hizo caer a plomo el «trampantojo» -según la definición de Pablo Casado– de esos nuevos Pactos de la Moncloa que Pedro Sánchez había invocado unas horas antes en esa misma tribuna.
Lastra se quejó de los bulos y mentiras que viene padeciendo el Gobierno en esta crisis del coronavirus, cuando la realidad es que a lo largo de su vehemente discurso coló varias medias verdades que fue picoteando de titulares publicados estos días por El Plural, Eldiario.es y El País.
La portavoz del PSOE empezó diciendo: «En España pasaron seis días desde que se conoció la primera muerte por coronavirus hasta que se suspendieron eventos públicos» cuando no fue así.
El 3 de marzo la Generalitat valenciana comunicó la primera muerte por Covid-19, descubierta al conocer los resultados de la autopsia de un hombre que en realidad había fallecido el 13 de febrero. El 10 de marzo, siete días después, el Consejo de Ministros decidió prohibir los acontecimientos deportivos, culturales y sociales en espacios cerrados con más de 1.000 asistentes, pero no en toda España sino únicamente en Madrid, Vitoria y La Rioja, las zonas más afectadas por entonces.
También sostuvo Lastra: «En España pasaron 11 días hasta el cierre de las escuelas». Tampoco fue así. Íñigo Urkullu e Isabel Díaz Ayuso fueron los primeros en decretar la suspensión de las clases, y además contra el criterio del Gobierno central, que inicialmente dudó de la conveniencia de una decisión tan drástica. Después se fueron sumando de forma progresiva más comunidades.
La portavoz socialista utilizó también el comodín al que más han recurrido su partido y Unidas Podemos para descargar la responsabilidad de su gestión. Citó datos del Observatorio Madrileño de la Salud para afirmar a continuación que entre 2010 y 2018 hay 4.151 profesionales menos del ramo en la Comunidad de Madrid.
La cifra está equivocada y además, sacada de contexto. Entre 2010 y 2018 se perdieron 3.296 trabajadores… pero la inmensa mayoría no eran médicos ni enfermeros ni auxiliares, sino personal de gestión: administrativos, cocineros…
La ensalada de números está sacada, en realidad, de un artículo que El País publicó el 10 de marzo (un día después de que el Gobierno central se enterara de que había una pandemia) titulado: Madrid se enfrenta al avance del coronavirus con una sanidad desbordada. Artículo que después tuvo que corregir.
Lastra aseguró asimismo en sede parlamentaria: «El día 10 de marzo el grupo Vox solicita que se suspendan los plenos y comisiones hasta el momento en que ellos pasen la cuarentena» para justificar por qué el Congreso se ha pasado varias en servicios mínimos.
No ocurrió así. Ese 10 de marzo se conoció el positivo del diputado de Vox Javier Ortega Smith, el primero de un político, y el partido anunció que por «responsabilidad» ninguno de sus otros 51 parlamentarios acudirían al Pleno de la semana, dado que la mayoría había tenido un contacto estrecho con él.
Fue la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la que en vista de la ausencia de 52 diputados en una Cámara de 350 decidió suspender la actividad parlamentaria de esa semana (luego vendrían más) porque sin ellos se reducía la «legitimidad democrática».
«Que la señora Ayuso le cuente que tuvo que ser Ximo Puig quien consiguió fletar un avión de ayuda para Valencia, y para Madrid también», presumió la socialista en la tribuna, dando a entender que parte del material sanitario que llegó a Madrid lo hizo por mediación del presidente valenciano.
Tampoco esa afirmación se corresponde con la verdad. El 31 de marzo llegó al aeropuerto de Zaragoza un primer avión con un millón y medio de mascarillas para la Comunidad de Madrid. La gestión la hizo el Gobierno de Díaz Ayuso y no a través del Gobierno valenciano, sino de un empresario valenciano que habitualmente importa material sanitario de China. Lo que ocurre es que a ese mismo aeropuerto llegó horas después otro avión con un cargamento para el Ejecutivo de Puig.
Y entre los papeles que sacó la socialista figuraba una circular que la Consejería de Madrid envió el 5 de marzo. «¿Por qué mandaron una carta desde la Consejería de Sanidad de Madrid diciendo que se hiciera vida normal, que la importancia de mantener la tranquilidad, que la población general puede continuar con su actividad con toda normalidad…?», preguntó Lastra.
Pero en ese documento Sanidad también alertaba de la «capacidad de transmisión del coronavirus» e instaba a «extremar las medidas de higiene respiratoria». Y pedía a los contactos de personas que hubieran dado positivo «evitar los lugares con aglomeraciones de personas, como eventos multitudinarios o medios de transporte públicos en horas punta».
Esa parte no la leyó Lastra, que para más inri terminó su discurso con un: «Deje de mentir, señor Casado».