El presidente de la Generalitat provocó el lunes una gran controversia tras equiparar la lucha contra ETA y el proceso independentista catalán. Carles Puigdemont trazó esa comparación el día en que se cumplían 30 años del atentado más sangriento de la banda terrorista, el del centro comercial Hipercor de Barcelona, que dejó 21 víctimas mortales.
«Si no hubiera sido por la persistencia, este combate no se hubiera ganado», dijo en referencia a ETA, para a continuación añadir: «En unos años diremos lo mismo, que hemos conseguido lo que el pueblo de Cataluña se ha propuesto porque persistimos, porque no nos resignamos». Las críticas a esas palabras continuaron ayer y, además de representantes políticos, las protagonizaron las víctimas de ETA en Cataluña.
Roberto Manrique, víctima del atentado de Hipercor, es uno de los supervivientes de los 45 heridos causados por el atentado. Su postura respecto a las polémicas declaraciones del presidente catalán es fría y dura: «Puigdemont la ha cagado. Podría haber estado callado». Manrique, que lleva casi 30 años movilizado para conseguir ayudas a las víctimas de ETA, sostiene que «la política y la lucha contra el terrorismo nunca deberían mezclarse».
José Vargas estaba en Hipercor junto a su mujer y su hijo cuando detonaron los explosivos colocados por los terroristas en el aparcamiento subterráneo. El actual presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas tildó de «infames» y «lamentables» las palabras de Puigdemont. «Ha humillado a las víctimas diciendo una barbaridad en público. Debería pedir disculpas, pero su soberbia y su orgullo se lo impiden», dijo Vargas.
«Espero y deseo que fuera un lapsus de Puigdemont y no unas frases traídas de casa, porque ¿qué mente enfermiza es capaz de decir algo así? Si llego a conocer que iba a hacer esas declaraciones, le hubiera dicho algo durante el acto de Hipercor en el mismo monumento, mi discurso habría incluido una contestación a sus palabras», zanjó Vargas.
El Govern trató ayer de salir al paso del malestar que provocó la comparación de Puigdemont tanto en los colectivos de víctimas como en sectores del independentismo, que las consideran además una torpeza estratégica. La portavoz de la Generalitat, Neus Munté, no rectificó y dijo que se ha creado una «polémica interesada» y que la interpretación que se ha hecho es «injusta y falsa».
«Puigdemont habló de la persistencia y de la constancia como valores que han permitido asumir retos compartidos como el fin del terrorismo», dijo, obviando la evidente alusión posterior al procés. Y añadió: «El Govern está absolutamente al lado de las víctimas del terrorismo».
Munté aseguró también que Puigdemont no quiso establecer «en ningún caso una vinculación entre un hecho tan terrible como el terrorismo y alguna cuestión de actualidad». Y culpó de esa «interpretación falsa» al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que ayer insistió en que las palabras de Puigdemont son «infamantes».
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, añadió que el president «no puede frivolizar con un tema tan grave como el terrorismo, ni con el sufrimiento de tanta gente». Dijo también: «Si ha metido la pata, conviene que la saque. Y si no, queda absolutamente desenmascarada su estrategia de provocación utilizando cualquier cosa».