La potente irrupción de Bildu en el mapa político ha llenado de inquietud a los diferentes colectivos de damnificados, que no solo se muestran escépticos ante el alto el fuego de la banda, sino que temen que el nuevo escenario vuelva a «estigmatizarlas», relegándolas al «silencio».
Las víctimas de ETA no están dispuestas a consentir que el, hasta ahora, hipotético final del terrorismo permita hacer tabla rasa y olvidar el pasado. La potente irrupción de Bildu en el mapa político ha llenado de inquietud a los diferentes colectivos de damnificados, que no solo se muestran escépticos ante el alto el fuego de la banda, sino que temen que el nuevo escenario vuelva a «estigmatizarlas», relegándolas al «silencio». «Es muy importante que no haya banalidad ni frivolización en el modelo del fin del terrorismo porque ello puede llevar a que se establezcan nuevos tabúes para que las víctimas no puedan hablar, para callarlas», advirtió ayer Maite Pagazaurtundua.
La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo participó en Bilbao, junto a los máximos representantes de otros cinco colectivos de afectados, en la quinta edición de los encuentros organizados por la Fundación Fernando Buesa y Aldaketa. Pagazaurtundua defendió la voluntad que tienen los damnificados por la sinrazón de ETA de aportar una reflexión que evite caer en «la impunidad política, judicial, social e incluso histórica». «Sería un disparate que se intentara domesticar a las víctimas para que se hiciera como si aquí no hubiera ocurrido nada. A eso nos vamos a enfrentar», manifestó.
En las últimas semanas, en especial, tras el nacimiento de Sortu y posteriormente de Bildu, se ha hablado mucho de la necesidad de separar la opinión del deseo de influir políticamente, en alusión a ciertas agrupaciones de afectados. Sin embargo, más allá de las divergencias en las formas -que ayer volvieron a quedar patentes-, si en algo coinciden todos los colectivos es en reivindicar su derecho a ser escuchados. Pagazaurtundua aprovechó, en esta línea, para repasar algunos de los principios recogidos en el decálogo ‘No a la impunidad’ que el pasado mes de noviembre suscribieron la practica totalidad de los colectivos de damnificados. La presidenta de la Fundación de Víctimas hizo especial hincapié en el apartado en el que se exige a la organización terrorista y a Batasuna «la condena de la historia del terror de ETA». Una «condición democrática básica», señalaron, para que la coalición pudiera participar en las elecciones, pero que «no se ha cumplido» ni esperan que se produzca, al menos, en un futuro demasiado cercano.
«Cuando le preguntan al líder de Bildu -en alusión a Martín Garitano- que condene la violencia de ETA es como si le pidieras a un vampiro que se coma una ristra de ajos», censuró Pagazaurtundua, quien aprovechó el encuentro para volver a emplazar a la coalición que forman EA, Alternatiba e independientes de la izquierda abertzale a dar ese paso y demostrar que su acción no está guiada por una «estrategia táctica».
«Nos jugamos mucho»
Además de la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, también tomaron la palabra el vicepresidente de la Fundación Buesa, Jesús Loza; el presidente de Aldaketa, Joseba Arregi, así como Manuel Reyes Mate, José María Ruiz Soroa y Xabier Etxebarria. Sus intervenciones dieron paso a un coloquio que tuvo como protagonistas a Ángeles Pedraza (AVT), Silverio Velasco (Covite), Francisco Zaragoza (Asociación Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo), Joseba Markaida (Zaitu) y José Vargas, de la Asociación Catalana ACVOT. Todos ellos coincidieron en resaltar la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas y de trabajar por lograr una mayor unidad entre los diferentes colectivos. Pedraza, que hizo un llamamiento a los presentes para evitar «caer en la crítica» entre las asociaciones, remarcó que «es mucho lo que se ha conseguido, pero también lo que nos jugamos».
En este sentido, valoró como un «retroceso» que los «amigos de ETA vuelvan a las instituciones», en alusión a Bildu, al tiempo que afirmó tajante que las víctimas «no van a ceder más». «Hemos sido generosas y esperamos que nuestro sacrificio no sea en balde», expresó. La falta de una condena a la violencia pasada de la banda terrorista es algo que todos echan en falta, como también que el Congreso dé luz verde a la ley integral que regulará el reconocimiento a las víctimas.
Tras un encendido debate, al que también asistieron Maixabel Lasa, Paul Ríos, de Lokarri, y Gorka Maneiro (UPyD), fueron varias las preguntas que quedaron en el aire. Y también un temor: «¿Volveremos a vivir una segunda victimización?».
EL CORREO, 31/5/2011