«Le troisième âge du combat nationaliste est économique et européen»

“La tercera edad de la lucha nacionalista es económica y europea”
ETA celebra este año su 50 cumpleaños, el IRA sus 90 años y, al mismo tiempo, se celebran las tradicionales jornadas nacionalistas corsas en Corte. ¿Cúal es la actualidad de estos movimientos?

ETA celebra este año su 50 cumpleaños, el IRA sus 90 años y, al mismo tiempo, se celebran las tradicionales jornadas nacionalistas corsas en Corte. ¿Cúal es la actualidad de estos movimientos?

En lo que respecta al IRA, desde los acuerdos de Stormont de 1998 y la entrega de las armas por parte de los paramilitares, la lucha armada ya no es actualidad en Irlanda del Norte. Lo que no significa que ya no haya violencia.

En el lado vasco, ETA ha visto cómo sus fondos se han esfumado desde finales de los 80. Los recursos de ETA han desaparecido como consecuencia de la ilegalización del entorno abertzale organizado por ETA para su financiación. Los secuestros, segunda fuente de ingresos, han disminuido de forma paralela al desarrollo del negocio de la seguridad. Y la colaboración de las policÌas española y francesa no habÌa sido nunca tan eficaz. A pesar de los atentados de Burgos y Mallorca de finales de julio, el movimiento se ha debilitado especialmente y adem·s, por primera vez en 30 años, ya no son los nacionalistas vascos los que dirigen la comunidad autónoma sino los socialistas.

En Córcega, el movimiento está moribundo. Cede el lugar a una violencia común. Ha habido unos 30 muertos desde comienzos de año.

¿Significa esto que ya no hay un proyecto polÌtico nacionalista?

No, en Europa existen proyectos polÌticos de carácter nacionalista identitario. Pero adoptan otra forma. Hay en Bélgica, en Escocia, en Cataluña, etc.. Incluso en el PaÌs Vasco, donde el Partido Nacionalista continua siendo muy poderoso. Pero estos movimientos pertenecen a la tercera edad de la lucha nacionalista, mas económica y mss europeísta. Juegan a defender sus intereses cerca de Bruselas en contra de las capitales de sus estados. Está claro que el proyecto de independizarse por la vÌa de las armas ha terminado. Pero los movimientos radicales pueden seguir manteniendo un cierto peso polÌtico como se aprecia en la fuerte abstención del PaÌs Vasco. En Córcega, los movimientos han estado presentes en las regionales de 2004, pero los que rechazaban la lucha armada han conseguido buenos resultados.

¿Quién va a las jornadas de Corte?

Hace ya bastante tiempo que no va mucha gente. Las jornadas que dicen “internacionales” de Corte son, en realidad, las de Corsica Libera y de los militantes que quedan del nacionalismo radical. Además, los turistas aseguran una buena parte de la asistencia.

¿Es un fracaso definitivo?

La paradoja es que la decrepitud de las organizaciones clandestinas ha abierto la vÌa a la violencia de la delincuencia. Estas organizaciones ya no captan muchos seguidores que, cada vez disponen de menos medios. Quedan las armas y personas que saben utilizarlas.

En Irlanda del Norte, los acuerdos de paz incluÌan programas de reinserción para los combatientes. En Córcega, donde no habÌa una verdadera guerra de liberación y donde no ha habido un acuerdo, se plantea el problema de la reinserción, de la readaptación. Otra prueba de la muerte del nacionalismo radical es la quasi-ausencia de reacciones a la condena de Yvan Colonna. Hubo, efectivamente, una “noche en blanco”, pero con 6 explosiones en donde se producían 50 en los años 80. Eso muestra la pérdida de influencia del nacionalismo. Para los jóvenes que han crecido en este ambiente, los nacionalistas aparecen como veteranos relativamente pasados de moda.

¿Por qué parece que la violencia perdura facilmente?

Han sabido desarrollar una cultura de la violencia que se presenta como una manera de organizar las relaciones sociales. Una prueba es la detención, hace un año, de un grupo de jóvenes que habÌa cometido varios atentados en la región de Bastia. Declararon que no eran de ideologÌa nacionalista, que habÌan votado a Sarkozy y que habÌan hecho eso para salir del aburrimiento diario.

En relación con la violencia de estos tres movimientos, es interesante la cultura que han desarrollado. En el caso de Córcega, ser· una cierta delincuencia social. En el caso del movimiento vasco, la violencia se apoya sobre una verdadera cultura callejera. La encontramos en la kale borroka, las guerrillas de calle, que se producen habitualmente en San Sebastián, por ejemplo. Esta puesta en escena autoalimenta al nacionalismo vasco y lo utiliza como su principal centro de captación. Los vascos se cuidan de ligar su lucha con el altermundialismo radical.
Finalmente, en Irlanda del Norte, la violencia puede durar porque es útil para los polÌticos locales audaces. Los electos tienen una clientela mancomunada, protestante en los barrios protestantes, católica en los barrios católicos. Y hacen todo para mantener esos guetos.


Xavier Crettiez, profesor de ciencias polÌticas de la Universidad de Versailles-Saint-Quentin-en Yvelines, es el autor de “Formas de la violencia” (La Découverte) y de ”Violencia y nacionalismo” (Odile Jacob, 2006)

— El artículo original, AQUÍ.

Xavier Crettiez, LE MONDE, 8/8/2009