Isabel San Sebastián, ABC, 23/4/12
Lo que está haciendo la oposición socialista es un ejercicio de cinismo sin precedentes en la democracia
ES probable que Mariano Rajoy haya tardado demasiado en poner en marcha las medidas de choque que precisa nuestra economía para evitar el hundimiento e incluso que se haya quedado corto. No es justa la exclusión del sacrificio general de los bancos, que están haciendo su agosto con la deuda. Resulta innegable que erró clamorosamente en el diagnóstico y el pronóstico al fiarse de los datos que le proporcionaba el Ejecutivo saliente y, en base a ellos, prometer que no tocaría la sanidad ni la educación. Nadie discute que la estrategia de comunicación adoptada para explicar a la ciudadanía las políticas de ajuste ha sido un desastre, entre otras cosas porque este Gobierno, a diferencia de su predecesor, no tiene quien le escriba en la televisión pública. Dicho lo cual, lo que está haciendo la oposición socialista que nos ha traído hasta donde estamos es un ejercicio de cinismo sin precedentes en la democracia.
¿Tienen memoria en el PSOE? ¿Saben lo que es la vergüenza? Fue José Luis Rodríguez Zapatero, de la mano de Alfredo Pérez Rubalcaba, quien heredó las finanzas más saneadas que jamás ha recibido un presidente y las dilapidó en cheques electorales, rotondas, experimentos sociológicos, regalos a sus amigos de la zeja y alianzas de civilizaciones. Fue Zapatero igualmente, con el aplauso de Rubalcaba, quien eliminó los diques legales que impedían a las comunidades autónomas generar el déficit que ahora nos ahoga. Fueron ellos, a lo largo de ocho años dramáticos para esta pobre Nación, quienes permitieron a las autonomías emular a los nuevos ricos y construir aeropuertos sin pasajeros, universidades sin alumnos ni calidad ni prestigio, pistas de carreras sin patrocinadores o estaciones de AVE huérfanas de tráfico, todo ello a crédito, ahondando el agujero hasta el infinito. Nunca hubo más especulación inmobiliaria ni más movimiento de dinero negro que bajo su primer mandato, hasta que estalló la burbuja. El aislamiento internacional que propiciaron al escoger como aliados a Hugo Chavez, los hermanos Castro o Erdogan nos dejó en la soledad que ahora purgamos en los mercados. La cultura de la cigarra a quien todo le parece poco en materia de derechos, ignorando las obligaciones, la ha impuesto en este país el socialismo irresponsable, auxiliado por una Izquierda Unida que parece salida de una película de Bertolucci. Esa IU que se escandaliza porque en nuestra Seguridad Social se deje de atender gratis a todo aquel que lo demande, aunque no sea español ni haya cotizado jamás al sistema. Ellos son quienes han asesinado a traición el culto a la excelencia que alentó brevemente durante la Transición, la admiración de lo sobresaliente, el fomento del esfuerzo como requisito indispensable para alcanzar cualquier meta, la licitud del beneficio como aliciente a la creación de empresas rentables, sin las cuales estamos abocados a la helenización. Ellos han confundido igualdad de oportunidades con entronización de la mediocridad, progreso con «progresismo», solidaridad con estupidez… ¡Y ahora se quejan!
Cualquiera puede criticar lo que está haciendo Rajoy menos ellos. Ellos, por pudor, deberían respetar el luto por la ruina que han provocado. Un año como mínimo, dada la magnitud del desastre. Porque su oposición de barricada, de lenguaje grueso y demolición de cualquier propuesta sin otra alternativa que la demagogia puede resultar letal para esta España en la cuerda floja. Ya hemos sido el espantajo de la campaña electoral francesa. Que sigan incendiando el patio y acabaremos como Grecia.
Isabel San Sebastián, ABC, 23/4/12