EL MUNDO – 08/08/15
· Miembro de la cúpula detenida en Bidart en 1992, el juez recalca su arrepentimiento.
Abandonó el seminario para entrar en la primera ETA, en los años en los que la pasarela entre la religión y el nacionalismo vasco radical era ancha. José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, se convirtió después en el ideólogo de la banda terrorista durante los años más duros, formando parte de la cúpula que, por ejemplo, ordenó matar a la reinsertada Yoyes. Diez años más tarde, él recorrió el mismo camino. Tras ser detenido en la histórica operación de Bidart (Francia) en 1992 junto al resto de la cúpula de la banda, que completaban Pakito y Fitipaldi, abrazó de nuevo el cristianismo y abogó por el fin de los asesinatos.
Cuando ETA secuestró y mató al joven concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, volvió a alzar la voz y fue expulsado de la banda. Ha pedido perdón muchas veces, en muchas cartas. «Dios es testigo de que estoy profunda y sinceramente arrepentido», ha escrito. Tras disfrutar de permisos desde hace cinco años, Txelis ha recibido ahora la libertad condicional. Se la ha concedido el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, con el visto bueno de la Fiscalía, algo excepcional en la legislatura de Mariano Rajoy.
Txelis, de 61 años, está condenado a 30 años de prisión por inducción a un delito de asesinato, por asesinato frustrado y por exigir el pago de la extorsión. Es considerado uno de los miembros clave de la vía Nanclares, aunque su arrepentimiento es anterior y él ha funcionado por su cuenta. En 2010, De Castro le concedió el segundo grado, con lo que pudo salir de la cárcel varias horas al día y un fin de semana al mes. En marzo obtuvo el tercer grado. Licenciado en Filología –y peligroso para ETA por su fama de intelectual–, trabajaba enseñando euskera en un centro educativo.
El juez resalta en su auto, contra el que cabe recurso, que Álvarez Santacristina cumplió en diciembre las tres cuartas partes de la pena, ha pedido perdón a las víctimas y ha reconocido el daño que ha causado. «Ha mostrado su voluntad de colaborar con la Justicia», ha renunciado a la violencia «de forma expresa» y ha solicitado «de forma pública y privada» perdón a las víctimas «directas e indirectas de su actividad delictiva», dice, para recalcar también su «conversión religiosa».
Añade que se comprometió a hacer frente «en la medida de sus posibilidades» a la responsabilidad civil y que está abonando 150 euros mensuales, «cantidad módica pero acorde con los ingresos que recibe», indica el juez. «Su desvinculación de la banda terrorista es total y manifiesta, no acatando ninguna de las directrices e incluso criticándolas cuando tiene ocasión», afirma De Castro. Cuando ha habido algún atentado de ETA, Txelis «se ha dirigido a los funcionarios manifestando su pesar y disculpándose».
En julio de 2012, el ex miembro de ETA quiso aprovechar uno de sus permisos para participar en un curso de verano de la Universidad del País Vasco con una conferencia sobre el perdón. El Gobierno se lo prohibió y el preso acató la orden, pero envió un extenso texto que se leyó en voz alta: se mostraba «profundamente arrepentido» por su pasado terrorista y «plenamente consciente de la responsabilidad moral que ello conlleva para las numerosas víctimas que ha generado ETA a lo largo de su historia». Afirmaba que el perdón, «para ser auténtico», ha de pedirse «sin excusas» y, «sobre todo, desde el sufrimiento de las víctimas». La claridad de su exposición gustó en el PP. También a algunas de las asociaciones de víctimas más exigentes.