Lo bueno, lo malo y lo relevante

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

El Banco de España actualiza su pronóstico. La parte buena es que en 2023 no caeremos en la temida recesión ya que creceremos un escaso 1,3% que es poco, pero es positivo. Una sola décima menos que la previsión anterior. En realidad esto de moverse en decimales no me parece demasiado importante, pero es evidente que influye mucho en el ánimo de la gente y también es un mundo en términos de confianza, lo que afecta a las decisiones de consumo y a los ánimos inversores. El año termina mejor de lo esperado y parece que aguantará en el próximo. Bienvenido sea. Lo malo es que los precios van a seguir dando la lata. No solo en 2023, también en 2024 y no será hasta el lejano 2025 cuando se espera vuelvan a una senda de crecimiento razonable y soportable. Rebaja su previsión de IPC para el 2023 hasta un 4,9%, pero la eleva hasta un 3,6% la de 2024 y, como le digo, no será hasta el 2025 cuando se encaje en el objetivo marcado por el regulador europeo del 2%.

Lo relevante es que achaca este comportamiento a la generosidad de las medidas de apoyo aprobadas por el Gobierno y a su prolongación en el tiempo. Con independencia de su costo -nadie se ocupa ya del déficit y menos aún de la deuda que alcanza casi el billón y medio de euros-, las ayudas aplacan la subida de los precios mientras actúan, pero producen cierto efecto rebote cuando se anulan. Las que benefician a los carburantes no seguirán, pero la tentación de mantener las demás en un año electoral será irresistible para un Gobierno tan generoso como el que nos gobierna.

El plan está claro. Armar ahora el alboroto legal que producen temas como la sedición, la malversación, la ley del ‘sólo sí es sí’. Por cierto ¿nadie se siente en la obligación de purgar por este desastre, incluso cuando se acercan a la centena los condenados beneficiados por él? ¿A nadie le duele la conciencia, a nadie le avergüenza el resultado? Seguimos, los nuevos impuestos, la ley trans, la del maltrato animal, etc. Se habrá fijado que no he mencionado el tema judicial, porque este es de otra entidad más grave y peligrosa.

Luego pasarán los meses y llegará el olvido. Entonces será el momento de mantener en funcionamiento la manguera de las ayudas y de incrementar su presión. Habrá un dinero para cada necesidad y una ayuda para cada necesitado. Una medicina que, según afirma el BdE, eleva los precios pero como efecto secundario produce amnesia. O al menos, eso es lo que espera el Gobierno. Me da que, esta vez, acierta.