El lehendakari ha escogido lo mejor de cada casa para asesorarle ante la crisis económica. Su antecesor Ibarretxe también se rodeó de un sanedrín, pero eran ‘expertos en pacificación’ y debatían sobre nuestros orígenes y nuestras metas como pueblo soberano. López va por derroteros menos ideologizados, más a ras de suelo.
No lo parecía pero el lehendakari Patxi López ha estado más rápido que el presidente Zapatero. No todos los mandatarios sirven para reconocer sus límites,con cierta humildad, hasta el punto de dejarse aconsejar. Obama, en cuanto llegó a la Casa Blanca, marcó un estilo tan rompedor que su primera pregunta aún se recuerda en el despacho oval por la sorpresa que provocó entre sus allegados. «¿Quién sabe más de economía en Estados Unidos?». Le respondieron que Paul Volcker. Y el ex presidente de la Reserva Federal, que colaboró con Carter y Reagan, es quien asesora en materia económica al presidente demócrata.
Zapatero ha jaleado siempre a Obama pero no ha imitado su estilo en cuestión de asesorías. Por lo general, él se ha bastado, incluso ‘sobrado’, para decidir cuándo estábamos en crisis y cuándo no. Pero el lehendakari López, que se adorna mucho menos que Zapatero, ha querido adaptar a sus necesidades una de las primeras iniciativas del presidente americano. No es que vaya a contar con un conservador en su gabinete. Pero ha decidido escoger lo mejor de cada casa para que le asesoren ante la grave crisis económica que padecemos. Tal como hizo Obama a los meses de llegar a la Casa Blanca.
Su antecesor Ibarretxe también se rodeó de un sanedrín , pero tenía otro cometido. Le asesoraban ‘expertos en pacificación’ y debatían sobre nuestros orígenes y nuestras metas como pueblo soberano, con referéndums incluidos. Se trataba de reflexionar sobre las inquietudes identitarias del mundo abertzale. Era otro entretenimiento.
La idea del lehendakari va por derroteros más concretos y menos ideologizados. Más a ras de suelo no podría haber ido con la iniciativa de convocar a algunos expertos para que, de paso, le puntúen la actuación de su ejecutivo. Dijo Obama, al presentar a su equipo de secretarios, que necesitaba «gente de experiencia con ideas originales». Patxi López no tiene ese perfil en el gobierno. Ésa es la realidad. Por eso, quiere nutrirse de la savia de ex ministros, por expertos, y de aportaciones como las de Josu Jon Imaz que, al menos, serán sobresalientes. No se trata, pues, de rondas al uso como las que suelen hacer los partidos cuando pierden pie en el protagonismo de la política y quieren que el epicentro de las actividades se sitúe en su sede. No. Quiere oír a quien sabe. De hecho con algunos, cuya identidad ha saltado al escaparate, viene manteniendo una línea estable de contacto, prácticamente desde que llegó a Ajuria Enea.
En el PNV siguen con las espadas en alto. El diputado foral de Vizcaya, José Luis Bilbao, confundiendo a la afición,mezclando la asesoría con la falta de ideas. Y Egibar llamando al PP «la derechona». Le parece un socio mucho peor el partido de Basagoiti que el que tuvo Ibarretxe (el grupo de Ternera) para ser elegido lehendakari. El tiempo dirá si a López le falta proyecto porque nada mejor que los hechos para disipar sospechas. Porque el tiempo colocó a un lehendakari como Ardanza, por el que al principio nadie, ni en el PNV, apostaba por él, y terminó haciéndose con las riendas del Gobierno Vasco. Nada menos que durante 14 años.
Tonia Etxarri, EL DIARIO VASCO, 20/1/2010