ABC 12/09/16
BIEITO RUBIDO
Insisto y seguiré insistiendo. Tras la jornada de ayer en Cataluña y respetando su historia verdadera –no la falsificada–, sus tradiciones y sus fiestas, hay que reiterar la denuncia de que la situación en esa parte de España es gravísima. Lo es, sobre todo, porque la justicia simplemente no va a la velocidad del desafío y encima tenemos un Gobierno en funciones y una oposición acobardada. Ni unos ni otros se atreven a encarar con autoridad el golpe de Estado que allí hay. Están construyendo un país dentro del país mientras nuestras autoridades divagan. Están abriendo una red diplomática con el dinero que les ha dado el Estado, que los acaba de rescatar otra vez. Están organizando una Hacienda propia y han aprobado en el Parlamento un calendario de ruptura con España. ¿Y cuál es la respuesta? Ninguna. Enfrente, sin embargo, los independentistas no se cortan lo más mínimo. Se sienten legitimados para defender su insolidaridad con todo lo que no sea suyo. Anteponen lo propio como condición para todo, y no se sienten concernidos con ningún proyecto de ciudadanía que no sea el suyo.