Félix de Azua-El País
Habrá que pensar en otro tipo de Gobierno. Hace años que algunos pedimos uno de concentración nacional que recosa los costurones que ahora son ya insoportables
No hay que echar gasolina al fuego, sobre todo porque ya se encargan de echarla los propios bomberos. El caso es que con un Gobierno tan caótico y trapacero como el que tenemos, mientras hace buen tiempo no molestan mucho, pero cuando llega la tormenta nos hunden. No creo que haya habido alguien más triste que el ministro que nos envió Iceta y que da idea de lo que es un gran político socialcatalanista, gracias Iceta. Con ministros así no hace falta echar gasolina.
¿Recuerdan el chiste de la señora que alecciona a su hija que va a casarse al día siguiente? Hija mía, le dice, prepárate, mañana te verás aplastada por 80 kilos de carne jadeante que te asfixiará… ¡y esa es la parte buena! Por eso digo que no hay que echar gasolina, porque la de ahora es la parte buena. La mala vendrá cuando se acabe el encierro (si se acaba) y nos encontremos con un país arrasado y una población sumamente amostazada. Y entonces, ¿qué? Sin duda, habrá que pensar en otro tipo de Gobierno. Hace años que algunos pedimos uno de concentración nacional que recosa los costurones que ahora son ya insoportables, como que haya 17 sanidades distintas o que un empleado del Estado, el tal Torra, se dedique a insultar, calumniar y difundir mentiras por todos los foros europeos a los que aún le dejan entrar y siga cobrando de nuestros impuestos.
O bien, a esperar las hogueras chavistas, nacionalistas y peronistas.